lunes, 15 de marzo de 2021

Jeanine Añez, qué pena - Reflexión y un soneto


Simple instrumento del golpe de Estado en Bolivia


Los verdaderos culpables están libres y deseosos de seguir aplicando sus tácticas de desunión y odio contra los pueblos que aspiran a ser libres, eso los convierte en sus enemigos, porque la libertad no es para todos, piensan esos que se ocultan a medias en las sombras. Y esta pobre mujer, aunque es muy justo que pague por sus crímenes ya que no es ninguna retrasada mental ni minusválida, fue el instrumento que utilizaron los verdaderos ejecutores del golpe de Estado en Bolivia. Jeanine aceptó feliz su cargo de monigote y lo ejerció a conciencia, y la conciencia la debe tener muy sucia ahora. 

No la defiendo, espero - como todos los que esperan justicia - que se haga cargo de sus acciones y pague el daño hecho a la sociedad y a su país. Que sea juzgada con la dignidad que ella no quiso dar a sus víctimas cuando la soberbia la cegaba.

Sin embargo, como ser humano, me entristece; ojalá no tuviéramos que ver a nuestros hermanos obnubilados por quienes en el fondo los desprecian y los usan, contra su propia gente, como elementos descartables. Vayan otros aprendiendo, vayan abriendo los ojos.

Tiempo de reflexión, ojalá le sirva



Una sierva abandonada 


Jeanine Añez, qué pena

verte triste y encerrada,

quién sabe si avergonzada

y arrepentida de veras.


Ya ves, esta es tu condena

por odiar a tus hermanos,

y por lamerle las manos

a quien tu país cercena.


Que suenen tristes las quenas

por el dolor de una hermana,

por el odio que la aqueja.


Y que alegres los charangos

nos anuncien un mañana

sin temor y sin escarnios.

~

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