domingo, 26 de abril de 2020

Décimas en cuarentena




Quedé en casa confinado,
no podía ser mejor
y lo digo sin rubor,
eso es lo que me ha pasado;
porque es para agradecer
estar bajo el propio techo,
es bendición que sospecho
algo hice por merecer,
lo que ayer sembré cosecho
con justicia y con derecho.

Hay prójimos angustiados
en diversa condición,
comparto la obligación
y trataré de ayudarlos
brindándoles lo que puedo,
contándoles lo que sé,
escuchándolos también,
compartiendo lo que leo;
subimos juntos al tren
desde diferente andén.

Que te quedes en tu casa
es la indicación urgente,
aunque no toda la gente
entiende qué es lo que pasa,
ni aun los más enterados
nos pueden asegurar
y con firmeza jurar
que es verdad lo que han contado,
todos podemos dudar
que eso no es perjudicar.

Del dormitorio a la sala,
de la sala al comedor,
a veces me da temor
que esta vida relajada
me termine por gustar,
poca cosa o casi nada,
es condición obligada
que me pueda rebelar,
con salidas reguladas
y entradas desinfectadas.

Me ahogo en información
de la más descabellada,
la realidad perturbada
me exige una aclaración,
y tal vez algún lector
de mí espere la verdad;
con toda sinceridad
la cautela es lo mejor,
si me llego a equivocar
a nadie quiero arrastrar.
~

1 comentario:

  1. Querido Ricardo Nicomedes, te salió muy bien la décima, alguna vez te sugerí que escribieras alguna, pues de Nicomedes tienes la vena, hazlo para que recuerdes Lima.

    Me salió un verso sin esfuerzo, un abrazo y a cuidarse de este bicho, pues a tu edad dicen que es fatal.

    Fernando Atala Schaefer

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