Es verdad, la tenemos bien metida en la cabeza, en la tradición, como un reflejo que nos condiciona y predispone y no
nos hemos puesto a pensar siquiera si podríamos estar mejor sin
ella.
- ¿De qué habla, oiga?
- De la Democracia, oiga usted.
La tan mentada, valiosa
e importante democracia que creemos tener, no es tal, porque aunque
se quieran hacer a los distraídos, "Democracia" sigue
significando lo mismo: Gobierno del pueblo, y obviamente eso no tenemos, pero nos hemos (o nos han) convencido que
vivimos en democracia, por lo que no podemos ser
objetivos en ese aspecto, solo se repite la idea que todos parecen
aceptar sin parar a pensar ni cuestionar.
Aunque al escribir estas líneas tengo
en mente las patrias latinoamericanas, lo mismo sucede en varias partes del mundo, que en estos días
están viviendo otro despertar que, desgraciadamente, puede
terminar en otro sueño más profundo aún, porque los golpes con que nos responden son cada vez más brutales.
Pero ese despertar de pesadillas tales
como presidentes delincuentes, congresistas idem, poderes judiciales
pandilleros, ejército y policía infiltrados, por decir lo menos, es una constante que nos afecta casi a
todos por igual.
Hay quienes defienden este estado de
cosas nada más porque les conviene y lo están aprovechando; otros,
más sinceros, reconocen que el sistema es malo pero añaden que aún
así es el mejor que existe... puede ser que tengan razón, de ser
así, entonces habría que hacer lo posible por mejorarlo, pero en
serio.
Para comenzar, hay que hacer algo con
el Congreso que lo convierta en una institución que sirva para algo,
basta de esa aglomeración de sinvergüenzas dedicados a promover la
corrupción y toda clase de raterías, donde nadie se hace responsable de nada y se ocultan en el montón. Leyes nuevas que les impidan
ese accionar, acabar con los fueros y los privilegios es lo más
urgente, lo mismo para el Poder Judicial y el ejecutivo. Y si no se
puede, habrá que hacer un cambio aún más drástico,
- ¿Y qué propone?
- Una
dictadura.
Sí, la dictadura tiene mala fama en
estos tiempos, pero es un sistema tan válido como cualquier otro. Hay
países que aceptan felices sus monarquías cerradas y asfixiantes o
sus parlamentarismos paquidérmicos y están mejor que tantas nuevas democracias de pacotilla que no sirven más que a una
sarta de ladrones, delincuentes disfrazados de políticos que solo
están para dañar a sus respectivas naciones.
Propongo un dictador con la espada de Damocles
de la pena de muerte si falla, esa es en resumen mi propuesta. Por lo menos se concentra así la responsabilidad en un solo individuo que deberá responder directamente por lo que haga o deje de hacer. Quien sabe si empezamos con alguno que se anima confiando en que no
será tan estricto el sistema, a ese lo guillotinamos a la primera
oportunidad, ya verán cómo el siguiente se porta mejor y hasta nos dura
una semana... ya a partir del quinto o sexto decapitado se podrían
ir viendo resultados positivos, quien sabe antes, tampoco hay que ser
pesimista, algún tipo decente debe haber entre tantos millones de ciudadanos.
- Usted se rayó... cómo va a proponer
eso...
- Bueno, alguien tenía que proponerlo.
Y no me quedo allí, por si acaso, aclarando que este es solo un escrito de humor, lo explico de manera más gráfica e ilustrada.
Un dictador es mejor
(Cinco décimas soñadas)
Yo propongo un Dictador
que nos salve de esta plaga,
dejarlo nomás que haga
lo que parezca mejor,
no vamos a estar peor
que con estos descarados
que tanto nos han robado
sin vergüenza ni pudor.
A los viejos y a los nuevos
que los coja de los hue_os.
Eso sí, que al Dictador
hay que tenerlo cortito,
controlarlo bien bonito
cuanto más cerca mejor,
que no se dé de Doctor
ni se crea muy letrado,
que el poder que le hemos dado
retendremos con vigor;
y si en algo nos arruina
derecho a la guillotina.
En cada plaza una horca
con soga tosca y peluda,
que no se haga a la cojuda
la gente a la que le toca
algún cargo que provoca
meterse plata al bolsillo,
ni siquiera habrá banquillo
audiencia mucha ni poca,
los colgamos del pescuezo
para que sirvan de ejemplo.
Así van a andar derecho,
y al primero que se tuerza
se le saca por la fuerza
o se le tira del techo,
y que quede satisfecho
el pueblo que es soberano,
aquel que meta la mano
tiene que quedar maltrecho,
que ni el último ladrón
vaya a conseguir perdón.
Sé que esto solo es un sueño,
aunque tal vez compartido
por muchos que ya han sufrido
un daño grande o pequeño.
La violencia yo no apruebo
y trato de ser correcto,
pero creo que el proyecto
puede traer algo bueno,
además que mientras tanto
nos libramos de unos cuantos.
~
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