domingo, 17 de marzo de 2019

Otras realidades y ciertas desviaciones


Hay realidades alternativas

No lo digo yo, lo dice la física cuántica: cada individuo tiene su propia realidad. Incluso dos personas observando el mismo elemento pueden experimentar dos realidades diferentes y hasta contrarias o conflictivas. Eso se da con mayor frecuencia y también con más claridad en ciertos casos...

- ¡Qué hermosa mujer! Piensa el marido mientras observa a una mujer que pasa cerca (observen que dije "piensa" y no "dice", porque ese marido pertenece a la especie seleccionada por la naturaleza para sobrevivir, lo que se llama la selección natural, y por eso mismo está vivo: porque piensa más de lo que habla).

- ¡Qué mujer tan ordinaria! Dice su mujer (observen que dije "dice" y no "piensa", porque esa mujer pertenece también a la especie seleccionada por la naturaleza, lo que se llama la selección natural, y por eso mismo está viva: porque habla más de lo que piensa).

Como podemos ver, apenas iniciado el estudio ya se presentan diferentes formas de existencia, en este caso de dos en dos, porque son dos los individuos observadores y porque la observada no se cuenta; y no se cuenta porque hay cosas que es mejor no contar, al menos para un caballero, si queremos chismear tenemos a la dama... cuál de ellas, no importa, con cualquiera de las dos el chisme se da por hecho.
Salta a la vista que la mujer que pasaba cerca algo tiene, de lo contrario pasaría inadvertida para ambos sujetos de estudio, o sea el mirón (observador le dicen) y su mujer. Y me preguntarán, o se preguntarán ustedes ¿por qué la selección natural prefiere al hombre pensante y a la mujer hablante? Sigan preguntándoselo y cuando encuentren una razón, me avisan.

 - Lo vi al baboso de Ermenegildo, estaba con su mujer pero igual me miraba como si estuviera solo... ¡el degenerado!

Ya me imagino cómo le habrá caído después, porque su mujer es una fiera.

Ya vamos teniendo otras realidades alternativas, basadas en la observación de cada individuo estudiado, en este caso se trata de "individuas", lo que hace más variado el recuento de realidades alternas. O sea que el tipo se jodió - hasta la observada se dio cuenta - y como también salta a la vista, este ejemplar masculino pasará a encontrarse en vías de extinción, cuando a su mujer se le dé por arreglar las cuentas. El verdadero homo sapiens, sapie bien cómo mirar sin ser pescado, para eso me remito a mi tratado correspondiente.

- Usted parece machista, oiga, siempre haciendo diferencia entre hombres y mujeres.

- ¿Y para usted son lo mismo? Necesita ver a un oculista, solo verlo, y luego a una oculista, y ahí me dice si sigue pensando igual.

Ya dirán, este estudio no llega a ninguna parte, y claro que no, con estudios como estos no se llega nunca a nada, bastante trabajo y esfuerzo tenemos con solo realizarlo. Y si no me cree, aquí otra muestra de ello.

- ¿De qué?

- Del esfuerzo, pues, de qué sino...

Salió el científico social a realizar una investigación de campo, como quien dice un estudio in situ, in loco, o sea allí mismo donde suceden los acontecimientos. Él no sabía nada de física cuántica ni de realidades alternativas, o si lo sabía no lo tenía en cuenta para el estudio porque, pragmático él, creía que a las ciencias era mejor tratarlas como disciplinas aparte, diferenciadas, como quien dice en compartimientos estancos, cada una en su sitio, para no tener que lidiar con variables inesperadas.
Salió rumbo a la discoteca, bar, cantina o cómo se llame ahora el moderno chupadero para ambos sexos. Llegó sano... lo que no implica necesariamente que tenga que salir enfermo más tarde, tampoco quiere decir que se le haya curado milagrosamente su hiperplasia prostática benigna, que de benigna solo tiene el nombre porque jode más que señora aburrida en viernes santo; no, llegó sano implica únicamente, para efectos del presente estudio, que el señor científico no tenía rastros de alcohol en sangre, estaba sobrio y lúcido, no había ingerido alcohol... nada más, porque sano, lo que se dice sano, casi nadie lo está después de los cincuenta, y este nuestro ejemplar tiene ya más de sesenta otoños contados desde que lo parió la santa madre que mejor lo hubiera dejado nomás en óvulo, en fin , cada uno y su suerte, o falta de ella en este caso.

- ¡Puta que larga!

- ¡Grosero! ¡Se lo digo con respeto pero con energía, zámpese esa!

Se sentó, porque ya estaba adentro del local llamado La Burra Mitológica, o La Barra Alucinógena, algo por el estilo... y pidió, canchero ¡un whisky! El barman, con un mandil a colores que parecía arco iris, le volteó la cara como enojado, a su lado, otro cliente del bar le dice:

- Llámelo por su nombre, sino, no atiende.

Parece que el barman escuchó el consejo, porque como para completar lo dicho se volteó hacia el investigador y, muy coqueto, se acomodó de tal manera que la placa con su nombre le quedaba cerca de los ojos al mencionado sujeto, quien miró y dijo, sin dar crédito a su propia voz cuando se escuchó diciendo:

- Gym Queen... un wisky por favor...

- ¡Con mil amores...!

¡A la gran flauta! ¿dónde había ido a parar? Buscó la tarjeta con el nombre del establecimiento que le había proporcionado un amigo de confianza para comenzar su trabajo de campo, y se encontró con la diferencia que gritaba su error, se encontraba en el lugar equivocado.

Él, que había querido hacer un estudio concienzudo referente a la atracción entre hembras y varones dentro del habitat post-moderno de la gran urbe, se encontraba en una disco gay, frecuentada, como su nombre no solo lo indica sino que hasta lo grita, por personas homosexuales. Y encima se había pedido un wisky...

Gym Queen lo miraba con ojitos soñadores mientras le preguntaba con voz acaramelada:

- ¿Lo quieres con hielo?

Se fue al carujo el estudio, el investigador anda por allí preparando otra pesquisa, esta vez con mayor precisión en los datos previos.
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