domingo, 22 de enero de 2017

La filosofía del merengue.

Merengue apambichao



El merengue "apambichao" es un merengue un poco más lento que el original que surgió por el gusto de los norteamericanos (o usamericanos) por un baile un poco menos acelerado que el merengue mismo; estos caballeros venían de Palm Beach y los muchachos de Santo Domingo pronunciaban más o menos "Pambiche", y siendo el merengue moderado el que gustaban bailar estos foráneos, a pesar que muchos eran de madera (tiesos y poco hábiles para la danza), gozaban de lo lindo de ese ritmo que pasó a llamarse merengue apambichao. O sea al estilo de Pambiche (Palm Beach), en esta variante del merengue la pareja permanece casi siempre unida, no es necesario explicar, si la pareja está buena, la conveniencia de ello.

- ¿Hay parejas malas?

- Casi nunca, porque esas no bailan.


Uno de esos merengues, bastante apambichao para mayor información, es el merengue llamado "El negrito del Batey" (En los ingenios y fincas de campo de las Antillas, el batey es el lugar ocupado por las casas de vivienda, calderas, trapiche, barracones, almacenes, etc.), en su letra se canta a la alegría de vivir y de gozar precisamente al ritmo del merengue, no solo por supuesto, sino como corresponde: con una negra retrechera y buena-moza. ¡Uy, pónganse a la fila que por ahora hay una sola!

- ¿Y qué hay de la filosofía?

- Agárrese que ya viene.
 
Para quien no tiene suficiente con la retrechera y buena-moza, analicemos la filosofía que encierra esta alegre y desprejuiciada composición, vayamos a la letra de Alberto Beltrán (compositor y filósofo) y examinemos qué dice.

A mí me llaman el negrito del batey
Porque el trabajo para mí es un enemigo
El trabajar yo se lo dejo todo al buey

Porque el trabajo lo hizo Dios como castigo.
A mí me gusta el merengue apambichao
Con una negra retrechera y buena moza
A mí me gusta bailar de medio lao
Bailar medio apretao
Con una negra bien sabrosa.
A mí me llaman el negrito... 

Y di tú si no es verdad
Merengue mucho mejor
Y di tú si no es verdad
Merengue mucho mejor
Porque eso de trabajar
A mí me causa dolor
Porque eso de trabajar
A mí me causa dolor. 

Mucho le gusta el buen mango
Pero nunca le da el dengue
Mucho le gusta el buen mango
Pero nunca le da el dengue
Yo con una negra buena
Bailaré hasta un buen merengue 

Lo primero que que quiero mencionar es lo que va último, no se me vaya a olvidar, y es que con una negra buena todo es posible (bailaré hasta un buen merengue es figurado, todo lo demás se puede hacer... y claro, bailar el merengue también), ya saben las negras malas, están avisadas, tienen que ser buenas. Esta es la mejor parte de la filosofía, pero no queda allí.
También mencionaré a la pasada los gustos de Alberto, reflejados en su alter ego el negrito del batey (del latín alter ego, "el otro yo" es un segundo yo), observamos que le gusta el merengue apambichao, que lo baila de medio lao y la pareja adecuada para ello es una negra retrechera y buena moza. Creo que no es mucho pedir y se lo merece; lo que Dios le dio, San Pedro se lo bendiga.
Lo de buena moza no necesita explicación. Vayamos a lo de retrechera y para ello qué mejor que recurrir directamente a la fuente de todo saber lingüístico, el diccionario, que nos dice lo siguiente:

retrechero, ra

1. adj. coloq. Que con artificios disimulados y mañosos trata de eludir la confesión de la verdad o el cumplimiento de lo debido.

2. adj. coloq. Que tiene mucho atractivo. Mujer retrechera. Ojos retrecheros.


Quedó claro... pero retrechera también se refiere a aquella mujer que hace como que te da, y no te da, pero al final esperas que te de y si tienes suerte pues te la termina dando, casi es la primera acepción mencionada en el diccionario, pero con ese agregado: que se hace a la que no te va a dar lo que tiene que darte y al final termina dándotelo ¿dando qué cosa?... bueno... si necesitan preguntar mejor ya ni explico.


- ¿Y porqué será que le gusta bailar medio apretao.

- ¿Y por qué iba a ser, pues! ¿No ve cómo está la buena-moza?

Bueno, creo que ya hemos desmenuzado suficientemente este merengue, que sin duda lo amerita, y ya solo falta el tema central, el meollo del merengue, ese que quiero abordar hace rato y entre negras buena-mozas y retrecheras bailando apretao y de medio lao no me dejan avanzar, y no es que lo expuesto hasta aquí no valga la pena, claro que sí, pero también hay que trabajar, pensar, elucubrar...

- ¿La filosofía?

- Éso, aquí viene.

Como habrán notado mis atentos lectores y mis muy bien atendidas lectoras, en la cuarta línea de la letra de la canción, se lee, con una claridad que no deja dudas:

  "Porque el trabajo lo hizo Dios como castigo".

y ¿de dónde salió eso? Pues ni más ni menos que del Libro del Génesis, donde se lee claramente que Dios castigó a Adán y a Eva por haberlo desobedecido (aunque tal desobediencia les abrió los ojos), y entre otras penitencias soltó ésta: 

 "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra..."  (Génesis 3:19)

o sea que como castigo iba a tener que trabajar para vivir, ya no se la iba a llevar gratis como hasta entonces. Todo bien, como fábula no está mal y como se trata del Antiguo Testamento, mejor en eso ni me meto, pero sí quiero hacer notar las terribles consecuencias que puede tener, y tiene, una cultura que ve el trabajo no como una bendición sino como un castigo. Tratará entonces el individuo de evitarlo a toda costa y las consecuencias pueden ser de lo más espantosas, llegando incluso al crimen, sobre todo el de "cuello blanco" que no derrama la sangre directamente sino de forma mediata, por lo tanto se nota menos y paga más.
Menos mal que el merengue se toma a broma, pero la realidad es esa, muchos ven el trabajo como castigo y cuando dicen necesito trabajar, en realidad lo que están diciendo es necesito un sueldo. Una vez conseguido el empleo ya se darán maña para hacer lo menos posible y llevarse lo máximo con el menor esfuerzo.
El ejemplo más palpable y acabado de esa maldita especie son los políticos, principalmente parlamentarios, ministros, secretarios y todo aquel que además de tener protección legal, los llamados fueros, goza y aprovecha también de la dispersión de la responsabilidad, una especie de escudo CONTRA la ética y la moral.
Yo regreso a la edad media, pero no a quemar brujas, que muchas eran bastante buenas y podrían lucirse en el merengue, sino a quemar a esa lacra, a esas alimañas con forma humana que ven el trabajo como un castigo y en consecuencia tratan de vivir lo más alejados posible de todo lo que ennoblece al ser humano.

Para que vean lo que puede pasar cuando se escucha en serio un merengue, además de apretar a la buena-moza.

Yo aquí me bajo.
~
Para que no se queden con las ganas, el merengue pueden oírlo aquí.

Las más populares composiciones de Alberto Beltrán:
- El negrito del Batey.
- Aunque me cueste la vida.
- Todo me gusta de ti.
- Enamorado.
- Cuando vuelvas conmigo.


1 comentario:

  1. Ricardo los dejaste chicos a los filósofos griegos, que tal aclaración de lo que es el merengue, y sobre todo, aquello de "apambichao", quien se iba a imaginar que la palabreja deriva de Palm Beach.

    Más claro ni el agua, y casi mejor que la negra buenamoza y retrechera, bestial, me ha gustado bastante, siempre a tu estilo, felicitaciones

    Fernando Atala

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