miércoles, 30 de septiembre de 2015

Cuando tiro, tiro bien.


Nada más lindo que la mujer, y si esa mujer tiene sentido del humor, pues la lindura aumenta no al doble sino exponencialmente; para explicar éso a quienes están un poco por fuera de las propiedades del crecimiento aritmético y/o geométrico tendría que salir del tema, y como no quiero salir, dejémoslo sin explicar... por ahora, y me quedo adentro. Mucho se dice que quien hace reír a una dama ha dado un gran paso para conquistarla, pero no recuerdo haber leído lo mismo en sentido inverso (no invertido) cuando es ella quien hace reír al caballero. Bueno... también hay cada caballero con cara de mula que no se ríe con nadie, pero ésa es la harina que llena los costales, vayamos a la gente risueña, sin exagerar tampoco.

- Ja ja ja... supe que te dejó tu marido...
 
- ¿Ah, sí? ¿Y por qué dices éso?

- Porque hace una semana está en mi casa... ja ja ja!

Éso no es gracioso, aunque da risa. Bueno, sin más enredos, la poesía para ella, la graciosa.


Cuando tiro, tiro bien



Porque cuando tiro, tiro,
y si tiro, tiro bien;
así me dijo recién
y quien sabe si un suspiro
o algún ademán muy fino
la acompañaba también,
yo no sé pensando en quien
que a preguntar no me animo
porque hay cosas que a las damas
preguntar sólo es de llamas.

Pero es que el verbo tirar
a tantas cosas se presta
y uno que la lleva puesta
pues se pone a divagar
qué habrá querido expresar
la preciosa tiradora...
me queda más claro ahora
cuando la veo agarrar
una buena carabina
y concentrarse en la mira;

seguro no es un ser vivo
lo que hay en el otro extremo
que además de no ser bueno
sería muy atrevido,
es una moda que ha sido
y que ya no se usa más
lo de tirar a matar,
pero a ti te lo permito:
dispárame al corazón,
que ya tienes mi perdón.

~ o ~

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