domingo, 22 de marzo de 2015

NUNCA MÁS

 
Nunca más... Nevermore, me quedaron dando vueltas esas palabras en la mente, después de leer y releer el poema de Poe, The Raven (El Cuervo). Qué abrumador significado en tan pocas letras, a veces el lenguaje, cualquier lenguaje, nos sorprende con simples palabras que encierran significados poderosos; y lo hacen con una simpleza extraordinaria que de tan presente en la vida diaria nos parece lo más común. Imagínense por ejemplo la palabra Infinito. Si lo pensamos bien nos invade un vértigo ante la imposibilidad de representarnos verdaderamente éso, lo Infinito, que sin embargo cabe en sólo cuatro sílabas. ¿Esa cualidad del idioma es reflejo de nuestra soberbia o simplemente un resultado colateral inesperado de tan atrevido invento?

Éso pasa con Nunca Más... ese título no lo podía desperdiciar.

 

NUNCA MÁS


Cada quien tiene lo suyo,
su propio encanto;
aunque no se nota tanto
pero lo intuyo:

Si...

algo hay de divino en cada uno,
tesoro que no siempre se revela,
atributo valorado cual ninguno
que el saber encontrarlo nos eleva.

¿Es necesario acaso que se sepa?
¿no es igual si se queda en el secreto?
precisamente allí es que está el reto
y en lo que casi siempre se discrepa;

pobre de aquel que nunca lo descubre
dejándolo velado y escondido,
su total existencia habrá perdido
bajo nube mortal que todo cubre;

una esperanza todo lo traspasa,
verbos, palabras que nos dan consuelo,
espíritu libre que se alza del suelo,
en tiempo infinito cualquier cosa pasa;

esperando tal vez en esta vida,
o en la otra, o en otra, y otra más,
certeza puesta en que sucederá
confiando en un final que nos redima.

Lo más triste sería que haya sido,
que haya pasado ya sin darnos cuenta,
esperar la eternidad ya nada alienta
pues ¿no volverá jamás lo que se ha ido?

Y de quién fue la culpa, quién lo siente,
es muy grande la pena y lo perdido,
es muy cruel que por sólo un descuido
tengamos que pagarlo para siempre.

Intenciones se dice que no bastan,
pero éso puede ser para lo bueno,
de malas intenciones está lleno
este pobre mundo, y lo devastan.

El amor lo puede todo, has escuchado,
esperemos y ojalá que así lo sea,
y no lo que en su nombre manosea
lo poco que nos queda de sagrado.

Será más bien que nada excelso alienta
que sólo hay lo simple y lo prosaico;
no lo puro, divino, lo precioso
que de ilusión y sueños se alimenta.

Si no existe el perdón, está el olvido
que algún dios bondadoso nos ha dado;
de seguro lo tuvo bien pensado
por no cargar con todo lo vivido.


Si lo bueno se pierde, hay que crearlo
otra vez, aunque sea desde escombros,
que esta humanidad sobre sus hombros
no podrá soportar el no intentarlo.

Mirando hacia adelante o hacia atrás,
 con piedras, con madera o con las manos,
 ganémosle la lucha a los gusanos
y que nadie nos diga: nunca más

~ o ~




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