domingo, 29 de marzo de 2015

La Iglesia ¿es machista?

LA PAPOTA

 
Adán y Eva - Peter Paul Rubens


Dicen que la iglesia es machista - me refiero aquí a la iglesia católica, pero éso no significa que las otras no lo sean; significa solamente que por ahora se libraron de ser mencionadas en este artículo que llega a miles y miles de lectores y lectoras a lo ancho del planeta, así es que por el momento: Requiescat in pace (descanse[n] en paz).

La iglesia es machista... y claro que lo es, y recién ahora, después de veinte siglos, se dan cuenta.

- No es éso... es que antes a las mujeres las quemaban vivas si abrían la boca.

- Es cierto, se me olvidaba ese pequeño detalle.

Como decía, ya desde el Génesis se nota la discriminación, que no es palabra de Dios sino escritura de humanos, varones (qué duda cabe) y según los cánones actuales: machistas.
Porque esa vez ser machista era tan natural que ni la palabra se había inventado, para qué, si era la condición normal y aceptada, por las buenas o por las peores.
"No es bueno que el hombre esté solo..." dicen que dijo... (discutible, tanto que no sea bueno estar solo como que Él lo haya dicho).
¿Y qué se le dio para que no se aburra? ¿Una mascota? ¿Un Play Station? ¿Una tabla de surf o una bicicleta?
No: Una Mujer. La cual vino solamente en condición de entretenimiento y compañía para "El Varón"... Así eran los machos de antes, se atrevían no sólo a decirlo sino que hasta lo ponían por escrito, y encima se les festejaba la ocurrencia, se tenía por palabra divina y con éso y otras ideas parecidas se armaban una religión. En cambio ahora, a ver quien se atreve a darse esos lujos. 

- El hombre sigue siendo el rey de su casa y es el que tiene la última palabra.

- Claro, siempre que diga: "Si mi amor".

Nos quedamos en que apareció Eva, que así se llamaba, ya desde el nombre era femenina y provocativa, y como buena mujer que era empezó a meterse en líos con el vecindario; tuvo un entripado muy discutible con una serpiente (¡con qué clase de individuos se juntaba!) y terminaron ella y su pareja de patitas en la calle por culpa de... pues de quién iba a ser, de Eva, si ya dije que ese libreto lo escribieron los hombres, que si lo escribían las mujeres posiblemente el argumento sería otro, no necesariamente menos malo. Pero no lo escribieron ellas - ¿Por qué? 

- Porque a las mujeres no se les educaba, no sabían escribir.

- Culpa del hombre también... 

- Seguro que si. Mucho después hubo una, llamada Hipatia o Hypatia, como gusten, que allá por los años 350 DC se atrevió a incursionar en campos tenidos como exclusivos de los varones: matemáticas, astronomía, filosofía... sabía tantas cosas que la mataron a pedradas... era la moda.


Hypatia, por Rafael Sanzio.

- ¿Quienes?

- Da vergüenza decirlo: Los cristianos.

- O sea que eran unos machistas incurables que llegaban a lo más bajo de su inmunda condición para escándalo e ignominia per saecula saecolorum (por los siglos de los siglos).

- ¿No estará exagerando en los adjetivos, oiga usted?

- Claro que no, ni que fuera poca cosa apedrear y linchar a la gente, encima mujer, sola y desamparada.


Y mejor ni mencionar los avances posteriores; con los siglos se refinaron las torturas y se inventaron máquinas diabólicas diseñadas para horribles fines, además de la quema de herejes en la hoguera a la vista del populorum y sobre todo herejas, previa tortura para que confesaran cualquier cosa. Sí que fueron tiempos terribles, peor que ahora... tal vez, lo cual ya es decir, pero si lo pensamos bien puede ser que en estos días estemos peor... no sé; mejor ni me meto en tan odiosa comparación.
 

Lo que podemos decir a favor de los hombres en el caso de Hipatia, es que fue su padre quien le enseñó todas esas cosas y la inició en los estudios; y era un varón por supuesto, y bien macho; se llamaba Teón y era astrónomo de profesión. Él debe haber sido uno de los primeros feministas, antes aún que la misma Hipatia, porque ésta de alguna manera fue obra suya. O sea que no todos eran machistas en el peor sentido del término.

- ¿Y con uno basta?

- Por qué no... "Un Justo nos salva a todos". No sé si será verdad... pero ¡qué bien suena!


Entonces, la iglesia católica es así, es machista, es homofóbica (palabra inventada mucho después de Sodoma y Gomorra), es autoritaria y vertical como corresponde a una institución de esa clase que no pretende ser democrática ni tiene por qué serlo... pero atención: No es obligatoria, al menos no en sentido estricto*. O sea que quienes están allí están por su propio gusto, y mi humilde opinión es que acaten los dictados o se vayan a vivir su vida como bien les plazca, pero que no pretendan hacer cambios.

- ¡Qué troglodita es usted!

- Le paso por alto el comentario y voy a responder lo que parece ser el móvil subyacente de su exclamación.

La iglesia no puede agiornarse, actualizarse, sin perder su esencia, sin convertirse en otra cosa y sin dejar de ser lo que es. Me parece increíble estar de acuerdo con caballeros como Joseph Ratzinger, Karol Wojtyla (que tenía la cara más amable pero pensaba igual que el otro), y demás Papas... en ese punto estoy de acuerdo hasta con Rodrigo Borgia,  que mediante la compra de votos (éso no se inventó recién) se dio el gusto de ser Papa, el llamado Alejandro VI; pero así es, hay cosas que no se tocan, a quien no le gusta que se vaya (como yo, aunque los motivos sean otros muy distintos), pero que no pretenda que la
Alejandro VI
iglesia se transforme en lo que no es sólo para satisfacer sus gustos personales. No señor, no señora, no señorete y no señorita. Es lo que ningún Papa, Cardenal, Obispo o Cura se atreve a decir pero lo piensan, y desde aquí les doy la razón. Al final, la iglesia desaparecerá por falta de un pueblo que esté dispuesto a adecuarse a ella y será reemplazada por algo de apariencia muy similar pero, qué digo, si éso ya ha pasado y... ¡resultó un gran negocio!

- ¿Y no es que la iglesia y la religión se tienen que adecuar a la gente, a los tiempos?

- Desde el principio se exigió que la gente se adecuara a la religión, ésa era la idea rectora y para éso era la religión... sino dónde estaba la gracia, y el que no lo hacía estaba en falta, pecado, o como quiera llamarse.

Así es, de éso se trata la religión. No es un club privado donde podemos poner los estatutos que se nos antojen, las normas que mejor se adapten a nosotros, la gente, y vamos cambiando los principios según soplen los vientos. Como por ejemplo el reclamo referente a despenalizar o liberar lo que hoy se llama opción sexual. A los cristianos, cuando eran aún muy pocos y estaban en riesgo de desaparecer, se los comían los leones; y a nadie se le ocurrió cambiar los mandamientos o las reglas para evitarse tamaña desgracia... ¡No señor! ¡Si soy cristiano pues que me coman los leones pero mis principios no los cambio! - ¿Y ahora? ¡Qué diferencia! Ante la más mínima dificultad ya quieren modificar las reglas. ¡Pero qué buena gracia!

El reclamo de algunas mujeres es distinto: las mueve el deseo de hacer y servir más de lo que hacen (se supone) en la iglesia, pero igual va contra lo establecido. Se puede estar de acuerdo con darles más espacio a las mujeres, tal vez; ver que se sientan útiles; lavarles bien el cerebro para que desde su posición de subalternas sean felices (como hacen ellas - las más inteligentes - con muchos hombres), pero que las mujeres en la iglesia puedan ser ordenadas sacerdotes, o sacerdotizas, o sacerdotas traerá consecuencias intolerables, digamos por ejemplo... si una sacerdota es grande y robusta, la denominación parecerá una insolencia, un atrevimiento, una burla y una falta de respeto, con lo cual ya tendrán otro motivo de insatisfacción y comenzarán una nueva lucha por nuevos derechos.

- ¡Qué grande la sacerdota!

- Y qué chiquita la sacerdita...


 La de nunca acabar. Supongo que para algunas será más fácil renunciar al puesto que cambiar su aspecto físico, y si llega a Obispa... vaya y pase, menos mal que no tendrá que llamarse Obispota, sino simplemente Obispa, lo mismo ya daría que fuera Arzobispa, y de allí a Cardenala... ya se va poniendo más que púrpura la cosa pues suena a generala... lo que trae otro tipo de insinuaciones... y después ¿qué? -  ¿Papa?... ¡La Papa! !No! ¡Éso ya no se puede permitir!

- No sería la primera Papisa... ya sabe... hubo una: la Papisa Juana...

- No ¡Pero podría ser la primera Papota!

Y de la Papota y demás protestones, al fin del mundo, hay sólo un paso. En vez de fundir la iglesia podrían mejor fundar una nueva. A su gusto ¡ah y patentarla con marca registrada!... que es lo que no previeron o no pudieron hacer algunos que ahora se quejan de competencia desleal.

 
Representación medieval de la papisa Juana como Juan VIII
~ o ~

* El hecho de que el bautizo o bautismo, se haga normalmente antes de que el individuo tenga uso de razón para elegir, no es casual ni inocente, es la manera más efectiva de ganar numerosos adeptos, a mi modo de ver bastante inmoral y abusiva. Retirarse o renunciar a la iglesia legalmente no es tan fácil, la apostasía no garantiza que el individuo deje de figurar en los documetos de la iglesia, y los más importante para ella (la iglesia) que se siga contando en las estadísticas referentes al número de "fieles".
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2 comentarios:

  1. ¿Y usted por qué se retiró de la Iglesia? Dice que no es por los motivos del artículo ¿Seguro que no es usted homosexual?

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    1. Hasta le pregunta es despistada, será que no ha leído mucho el blog, porque de lo contrario habría Ud. notado que no tengo cualidades para éso.
      Mi retiro de la iglesia, de facto aunque no oficialmente (odio los papeleos), se debió a cuestiones teológicas y filosóficas que requerirían más explicaciones que las que caben en este espacio. Pero sí puedo mencionar que no poseo aquella "bienaventuranza de libro único".

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