y guardando la distancia
Ella no era. (Foto prestada) |
Estaba con tapabocas
I
No se sabe quién es quién
por culpa del tapabocas,
a muchos los descoloca
y a otros les viene bien.
A mi me tiene hasta el cien:
que si es mío, me sofoca;
si ajeno, me desenfoca;
como la que vi recién.
¡Cosa más grande, la vida!
aunque con el tapabocas
¡qué mujer más atrevida!
Y lo que se le veía,
que no era poca la cosa,
otra prenda requería.
II
Y me fui, aunque podía
intentar el abordaje,
con serenidad me abstraje
de tipa tan desprendida
que con tanta desvergüenza,
metida en menudo traje
- escandaloso chantaje -
abusiva me aturdía
y me hacía ojito chino
para evitar que me escape,
y aunque no soy adivino
rehuí tremendo chape,
sobre todo cuando vino
el marido a darle un chaque.
III
Filosófica deriva
de tal acontecimiento
es lo que ahora intento
de manera pensativa:
Estaba con tapabocas,
y aunque tuviera mordaza
no era menor la amenaza
pues destapaba otras cosas;
o sea, de poco sirve
detener un estornudo
o hacerte el sonso o el mudo.
Con el trapo o sin el trapo,
te puedes ganar en lapo
si la distancia no mides.
~
Ricardo, en las 4.2 primeras líneas has lo dicho todo, la corrupción e ignorancia campea que da gusto, no hay candidatos, ni siquiera con cara de estadista, para variar, todos saben rebuznar, así de jodidos estamos.
ResponderBorrarLindo tu soneto, no dejes de hacerlos, pues así sea espantoso el tema central, tu soneto deja un dulce sabor
Fernando Atala Schaefer