domingo, 20 de diciembre de 2020

Sonetos con tapabocas

y guardando la distancia 



Podría escribir sobre política, referirme a ese presidente inútil y sus ministros que disimulan por amor al cargo y los beneficios, escribir sobre el demencial congreso compuesto en gran parte por delincuentes conocidos, o intentar unas notas acerca de esos candidatos que dan vergüenza ajena y nos hacen dudar seriamente del futuro del país, tantas cosas...  

- ¿De qué país está hablando?

- ¿De qué país? ¡Da lo mismo oiga usted!

Y es que estas cosas son como travesaños que cruzan, unen y pudren todo lo que tocan, están por todas las latitudes y longitudes ya no se puede creer en nadie, no se puede confiar ni en la propia sombra, y eso ya no solo en política sino en todos los ámbitos en que se mueve, desarrolla y pervive el individuo, que también es corrupto, y no se haga el sonso, oiga.

Así es que para variar y dejar que entre un poco de aire fresco al blog, esta semana publico unos sonetos humorísticos (si cabe todavía el buen humor) inspirados en la vida con tapabocas. 


Ella no era. (Foto prestada)

Estaba con tapabocas


I

No se sabe quién es quién

por culpa del tapabocas,

a muchos los descoloca

y a otros les viene bien.


A mi me tiene hasta el cien:

que si es mío, me sofoca;

si ajeno, me desenfoca;

como la que vi recién.


¡Cosa más grande, la vida!

aunque con el tapabocas

¡qué mujer más atrevida!


Y lo que se le veía,

que no era poca la cosa,

otra prenda requería.



II

Y me fui, aunque podía

intentar el abordaje,

con serenidad me abstraje

de tipa tan desprendida


que con tanta desvergüenza,

metida en menudo traje

- escandaloso chantaje -

abusiva me aturdía


y me hacía ojito chino

para evitar que me escape,

y aunque no soy adivino


rehuí tremendo chape,

sobre todo cuando vino

el marido a darle un  chaque.



III

Filosófica deriva

de tal acontecimiento

es lo que ahora intento

de manera pensativa:


Estaba con tapabocas,

y aunque tuviera mordaza

no era menor la amenaza

pues destapaba otras cosas;


o sea, de poco sirve

detener un estornudo

o hacerte  el sonso o el mudo.


Con el trapo o sin el trapo,

te puedes ganar en lapo

si la distancia no mides.

~


1 comentario:

  1. Ricardo, en las 4.2 primeras líneas has lo dicho todo, la corrupción e ignorancia campea que da gusto, no hay candidatos, ni siquiera con cara de estadista, para variar, todos saben rebuznar, así de jodidos estamos.

    Lindo tu soneto, no dejes de hacerlos, pues así sea espantoso el tema central, tu soneto deja un dulce sabor

    Fernando Atala Schaefer

    ResponderBorrar