Cada uno con su actitud |
Qué habrá sido de Carlos Zalagueta, un extraño (amigo) conocido con el que tuve muy escasa relación, seguramente que debido a la diferencia de nuestras actitudes hacia la vida. Él era algo descarriado, un poco atolondrado, posiblemente ya está en la otra orilla y por eso mismo sería de mal gusto que me exprese de manera irrespetuosa al referirme a su persona. Como todos, algo tenía de bueno, y el breve acercamiento que tuvimos no llegó a ser una amistad por lo ya dicho, la diferencia de posturas ante ciertas situaciones. Como no voy a contar nada más, paso al recuerdo que tenía archivado entre otras curiosidades y que acabo de completar para ser publicado hoy. Total, una fecha como cualquier otra... quién sabe si no era su cumpleaños.
La lluvia es algo más...
Llueve fuerte y Zalagueta
me dice, como poeta,
que la lluvia es algo más...
y como él está de pié
debajo de una azotea,
enseguida sospeché
que esa agua que chorrea
en verdad trae algo más...
tal vez orines de un perro
condenado a duro encierro.
Suena el viento en lejanías
y el poeta busca rimas,
yo siento curiosidad
de saber qué me dirá.
Zalagueta se concentra,
ya parece que algo encuentra,
pero no me dice na...
siento un ruido más cercano
y un olor como a fosfato...
¡si se le ha escapado un flato!
De lirismo y poesía
la charla quedó vacía,
yo pensé que el rimador
tendría algo de rubor,
y aunque en detalles me excedo
¡se tiró un segundo pedo!
y me dijo desafiante
aunque un poquito elegante,
que no fueron dos los tiros,
¡que el segundo fue un suspiro!
Zalagueta, Zalagueta,
aunque tu cinismo aprieta,
tu aroma de coliflor
y el sentido del humor
que en la lluvia hay algo más,
de recuerdo dejarás
junto a otras menudencias,
además de flatulencias.
Seguro que ya te has ido
pues no escucho ni un sonido.
~
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