domingo, 14 de mayo de 2017

La isla



Cada vez encuentro menos gente con la cual conversar de algún tema que vaya un poco más allá del acontecer diario y doméstico... ¡qué digo! en realidad no encuentro gente con la que se pueda conversar de nada, porque hasta lo cercano y cotidiano les es ajeno, y no es que vivan absortos en algún pensamiento personal. Aunque parte del tiempo están ocupados en su trabajo y eso los justifica ante sí mismos y ante algunos otros, a fin de cuentas no saben nada de nada fuera del estricto círculo de sus intereses, y eso refiriéndonos a los que podríamos llamar excelentes, porque otros que seguro son mayoría no llegan a ese nivel, o sea que de lo que uno esperaría que sepan algo, no saben nada o casi nada, y saben mucho de todo lo que ignoro o no me interesa saber. Y sin contar con el agravante de que creen saber cosas que no son reales pero que se las han formateado en el cerebro de forma constante a través de distintas maneras, sobre todo por medio de la televisión y el cine, además de la Internet, la radio, los impresos y todo lo que se pueda usar.

Re acomodemos el raciocinio: creen saber cosas que no son reales porque se las han implantado profundamente en el cerebro; saben también de cosas faranduleras que yo no sé (ni quiero saber); y llegamos a lo que parece solo un juego de palabras: que uno sabe tantas cosas como para saber que sabe muy poco, mientras ellos saben tan poco que creen que saben todo lo que hay que saber.
Y como ya dije, de ese poco que ellos saben, yo felizmente lo ignoro casi todo.

- Síntoma de edad avanzada, oiga usted, para no decirle de frente que ya está viejo.

- ¿Y desde cuándo practica usted la delicadeza?

Me queda la esperanza de creer que posiblemente yo, por alguna razón que no alcanzo a entender, estoy ubicado en una posición geográfica bastante "especial", digamos que se ha juntado el rebaño alrededor mío, solamente mío, y los demás están viviendo normalmente una vida rica en cultura, arte, política (en el mejor sentido del término), solidaridad y todas las cualidades que deberían adornar al homo sapiens del siglo XXI. Me aferro a esa posibilidad como náufrago al madero... pero en verdad no me la creo.

- ¿Y qué me dice de tanta gente buena que uno encuentra por todas partes?

- No se confunda, mi amigo, no dije que fueran malos.

Intente usted una conversación más o menos seria con aquella persona amable que le cede la vereda o lo saluda cordialmente en el calle o en cualquier espacio público, por ejemplo... pasarán menos de dos minutos para darse cuenta que están viviendo en universos paralelos, esos que aunque van juntos no se tocan. 

¿Y éste qué se cree? me parece leer esa interrogante en la mente de algunos, o tal vez solo sea una alucinación y en verdad muchos estén sintiendo y pensando lo mismo que yo, gente que se va sintiendo como si fuera una isla en medio de un océano extraño, diferente, que justamente por eso lo hace sentir solo, pero no con esa soledad nostálgica del separado de sus seres queridos, sino con una soledad ruda, áspera, de no lograr empatía con los demás, de sentir que lo que se dice no es entendido en el sentido que uno lo dijo sino en cualquier otro sentido o casi siempre en ninguno. Soledad que no apena sino que alarma; que no acongoja sino que acojona; que no hiere sino que hiede... en fin, que no hace falta sino que sobra.

- Oiga usted, se cree muy sabihondo o qué?

- Pues me creo qué.

Hay quienes hablan con desprecio de la gente "ordinaria", no es mi caso: yo no creo que la gente sea ordinaria; creo que nadie es ordinario (¿!?) o por lo menos no debería serlo. Alguna virtud tenemos todos; una como mínimo aunque por lo general son varias; entonces qué es lo que pasa que tan pocas veces se nota, será porque no se cultivan, porque el ambiente no es propicio o tal vez porque no sepamos verlas para poder apreciarlas.

- Ya está suavizando el enfoque... ¿Qué pasó?

- No sé.. pero igual me siento como una isla.

Serán las vacunas, los chemtrails (fumigaciones aéreas no reconocidas), o el HAARP (manipulación eléctrica de la ionosfera); o lo que comemos, tomamos y/o respiramos; será eso lo que nos tiene en este estado calamitoso de indolencia a veces complacida, aveces sufrida, pero siempre indolencia, apatía. En pocas palabras: pura mierda.




La isla


Cansado estás
como un sufrido arriero
sufriendo vas
como un triste borrego
miras atrás
la multitud te sigue
ya no das más
lo ignaro te persigue

apura el paso
para poner distancia
si hay un atraso
la masa ya te alcanza
en el rebaño
puede haber abundancia
de lo que hay tanto
mas no siempre es ganancia

ya te rodea
como un mar agitado
te zarandea
te deja salpicado
como las olas
que juegan en la arena
ideas solas
mojadas dando pena

eres la isla
dondequiera que mires
veras la misma
marea que persigue 
hacer al fin
tus costas ahogarse
resiste así
solo pueden mojarte

no estamos solos
en este mar inmenso
hay muchas islas
algunas en ascenso
siente la brisa
entre tus matorrales
se agradecido
por flores y zarzales.

si alguna vez
ante el temor sucumbes
no te acongojes
que todo es pasajero
para alguien más
serás el mensajero
ese que hará
que una verdad vislumbre.
 ~
no estamos solos
en este mar inmenso
hay muchas islas
algunas en ascenso
siente la brisa
entre tus matorrales
se bondadoso
con tantos animales
~

2 comentarios:

  1. Si, hay muchas islas producto de la educación recibida en otra generación, porque la televisión, la radio y los diarios "amarillos", no brindan educación, no dan cultura, y sobre todo esta es una generación que no lee y así sola se va hundiendo en en el gris de la mediocridad. Es una pena, tú sabes como decirlo Ricardo, de manera clara y concreta, todavía hay islas.

    Fernando Atala

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  2. Lastima..es muy cierto.. la msyoria vive por vivir sin ningun interes mas alla de lo msterial y de lo intrsscendente.

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