domingo, 19 de marzo de 2017

Tiempo raro




Vivimos un tiempo raro, único y sin precedentes en la historia conocida, nunca antes se tuvo la oportunidad de estar tan informado; nunca las más diversas opiniones estuvieron al alcance de quien quisiera conocerlas, y entre otras cosas, nunca como antes se tienen tantas distracciones que evitan que la gran mayoría de la gente se interese por el mundo en que vive.
Hay que reconocer que las informaciones que componen el espectro oficial o políticamente correcto se encuentran en abrumadora mayoría ante los ojos y mentes de la gente, pero también es cierto que si uno tiene algún interés en ir más allá, las puertas están abiertas... que pocos quieran entrar es el gran problema actual. Si nuestros ancestros nos vieran, seguramente se avergonzarían de nosotros; esos que trataban de oír las noticias del otro lado del mundo en una radio de onda corta con la antena potenciada con el alambre de tender ropa, para captar mejor las emisoras... ¡Ah, si hubieran tenido Internet!
El recurso principal de quienes manejan los medios es la distracción. La distracción está bien cuando es medida, combinada con información y cultura, pero un mundo en permanente estado de distracción no se había visto antes. El fútbol y otros deportes, las películas, la pornografía, la música, las novelas inventadas para estupidizar a unos y mantener en ese estado a otros, las fantasías oscuras, las negras intenciones, la moda y sus tenebrosos objetivos. Estamos siendo aniquilados como personas y cada vez somos más objetos inertes que seres pensantes.

- Entonces... nos jodimos...

- Todavía no.


Se ven protestas alrededor del mundo, los pueblos parecen despertar de un letargo de siglos, se reclaman derechos; algunos discutibles pero se reclaman, será por algo; y hasta el momento no se ha visto ningún fruto de tanto esfuerzo desplegado... bueno, se ha armado mejor a la policía y al ejército (que también puede atacar al pueblo) en una clara tendencia a aumentar la represión.

¡Ahora sí nos jodimos!

Y en eso estábamos cuando comenzaron a crecer los huaycos en el Perú. Prácticamente toda la costa está seriamente afectada y ojalá que llegue hasta ahí nomás, porque las cosas pueden empeorar bastante. Entre varios otros peligros está el que corre la capital, si el río Rímac se contamina con los desechos tóxicos de la minería, que están peligrosamente cerca de su cauce, entonces se va a pagar muy caro el descuido de tantos años. Además de todas las desgracias que se están lamentando, Lima podría quedar sin agua por mucho tiempo, además del riesgo de quedar contaminada por esos venenos que acechan en las alturas.
Lima... mi vieja Lima... no hay duda que algunos habrán cobrado, y muy bien, para permitir esas y otras amenazas que te acechan.
Los huaycos son el tema del día, y a pesar de eso la información es incompleta, pura instantaneidad escandalosa que permite desaparecer todos los demás acontecimientos, lo cual seguramente no es casual.





Y nos cayó el huayco



Justicia por propia mano
es actitud reprobable
mas has de esperar en vano
que la haga el responsable,
que no existe
ni lo viste,
es una leyenda urbana
para hacernos la chicana.

Ya salen a protestar,
se llenan calles y plazas
con los nervios a estallar,
y otros se quedan en casa,
ven la tele,
lo que fuere;
con programación basura
seguro no tienen cura.

La sabia naturaleza
nos regala los desastres,
aunque esto recién empieza
cae muy bien a los grandes:
los rateros,
sinvergüenzas,
con tal que no se hable de ellos
que caigan todos los cerros.

Total, ni están por allá,
tan solo el menso de turno
que tuvimos que votar
para escapar del averno;
es traición
dice un gritón:
"nosotros sí que sabemos"
¡desde afuera son cancheros!

Cuando hay desesperación
surgen cosas imprevistas,
entrega y abnegación
y codicia nunca vistas;
el bribón
su condición
no oculta ni disimula
y más bien se congratula.

Que venga un huayco potente
para que ayude a la gente,
y que a los grandes conchudos
al final les rompa el culo;
como amarga
que se  alarga
esperar la solución
y acabar la maldición.
~


1 comentario:

  1. Ricardo, lamentablemente vivimos al pie de los andes, cadena montañosa en plena formación, huaycos van a haber hasta que estas se estabilicen, y esto será en cientos o miles de años, ten en cuenta que ese tiempo no es nada, geológicamente hablando. Lo que se puede hacer para paliar estos fenómenos impredecibles en su magnitud, es reforzar, eliminar o facilitar los puntos críticos en las quebradas, ten en cuenta que hasta el viento puede ocasionar un huayco por erosión, caso de La Costa Verde en Lima. Lo acontecido nos hace notar que algunas obras, especiealmente en puentes, que estos han sido diseñados y construidos por ingenieros sin experiencia. Las obras cuestan y el ganador de la buena pro de cada licitación, ganará lo que haya presupuestado, que debe estar dentro del margen de más o menos el 10% del presupuesto base que presenta la entidad licitante. Te felicito por tus observaciones tanto en prosa como en verso.

    Fernando Atala

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