Conocer
a Manuel Gonzáles Prada (ensayista, pensador, anarquista y poeta
peruano [1844-1918]) por una de sus obras, la más nombrada y a la
vez intencionalmente escondida: PÁJINAS LIBRES, y luego leer sus
poesías lleva a una cierta sorpresa, algo inesperado en cuanto a la
suave musicalidad de sus estrofas y la pura imaginación de su
contenido.
El
mismo autor que exclama furibundo: ¡Los viejos a la tumba y los
jóvenes a la obra! y que denuncia sin rodeos que la putrefacción de
la sociedad es tal que donde se pone el dedo salta la pus; es el que
también escribe los bellos versos que leeremos a continuación y que
muestran otra faceta de este ser humano excepcional.
Amar sin ser querido
(Manuel
Gonzáles Prada)
Un
dolor jamás dormido,
una
gloria nunca cierta,
una
llaga siempre abierta,
es
amar sin ser querido.
Corazón
que siempre fuiste
bendecido
y adorado,
tú
no sabes, ¡ay!, lo triste
de
querer no siendo amado.
A
la puerta del olvido
llama
en vano el pecho herido:
Muda
y sorda está la puerta;
que
una llaga siempre abierta
es
amar sin ser querido
~
El amor
(Manuel
Gonzáles Prada)
Si
eres un bien arrebatado al cielo
¿Por
qué las dudas, el gemido, el llanto,
la
desconfianza, el torcedor quebranto,
las
turbias noches de febril desvelo?
Si
eres un mal en el terrestre suelo
¿Por
qué los goces, la sonrisa, el canto,
las
esperanzas, el glorioso encanto,
las
visiones de paz y de consuelo?
Si
eres nieve, ¿por qué tus vivas llamas?
Si
eres llama, ¿por qué tu hielo inerte?
Si
eres sombra, ¿por qué la luz derramas?
¿Por
qué la sombra, si eres luz querida?
Si
eres vida, ¿por qué me das la muerte?
Si
eres muerte, ¿por qué me das la vida?
Quien
quiera leer a Gonzáles Prada puede buscar directamente sus obras,
pero no quiero dejar de citar otro poema, además de los dos
anteriores que tratan de amor, éste que nos da una clara percepción
de su sentir filosófico y de su molestia ante lo sucedido con los
dos últimos Incas del imperio del Tawantinsuyo.
Para
quienes no lo sepan, en una guerra civil Atahualpa se enfrentó y
mató a su medio hermano Huáscar. Su padre, el Inca Huayna Cápac,
había muerto de una enfermedad, la misma que acabó también a quien
había designado para sucederlo. Al final, dos de sus hijos
pretendieron la elevada posición, y aunque Huáscar tenía más
derechos el otro no lo quiso aceptar y ya sabemos lo que sucedió.
El
triunfo no le duró mucho a Atahualpa, y aún las luchas
internas continuaban cuando fue hecho prisionero por Francisco
Pizarro, en Cajamarca, y luego condenado a muerte en el garrote. La orden de ejecutar a su medio-hermano Huáscar la dio estando
cautivo de los españoles en el año 1533. Según cuenta la historia oficial, así
acabó el imperio incaico, pero hay documentos que nos dicen que la
lucha continuó hasta 1572, y que después de Atahualpa hubo más
Incas, legítimos, por lo que la conquista del Perú no fue tan fácil
como nos quieren hacer creer, pero éso ya merece un tratado aparte.
Sobre Huáscar y Atahualpa trata este poema de Manuel Gonzáles
Prada.
La sombra de Huáscar
(Manuel
Gonzáles Ptada)
En
su lecho, prisionero,
Yace
Atahualpa dormido;
Mas
despierta, se incorpora,
Arrojando
al aire un grito.
-«¿Quién me toca con sus manos?
¿Quién
me llama con gemidos?
¿Qué
visión de los sepulcros
Turba
mi sueño tranquilo?»
-«Quien te llama y te despierta,
Quien
suspira en tus oídos,
Es
Huáscar ¡ay!, es tu hermano,
Es
el cadáver del río.
En vano sueñas rescate
Y
el real poder antiguo;
De
mí piedad no tuviste,
No
la tendrán, no, contigo.
A la tierra de los muertos
Pronto
irás, bastardo inicuo:
Atahualpa,
fui delante
Para
enseñarte el camino».
La adusta sombra de Huáscar
Se
disipa de improviso;
Atahualpa
se estremece
De
mortal escalofrío.
~
Es
cierto, Huáscar solamente se adelantó en el camino y muy pronto lo
siguió Atahualpa. Seguramente, para quienes creemos en alguna clase
de existencia en el más allá, la ambición y los celos que los
llevó a luchar por ganarse un imperio, no tienen cabida en esa otra
dimensión.
- - -
Don
Manuel Gonzáles Prada, permítame que perturbe tal vez su eterno
descanso, pero de alguna manera los de ahora quisiéramos decirle
algo, es por éso que con humildad y respeto me dirijo a Usted.
A Don Manuel Gonzáles Prada
(Ricardo
Kajatt Sumar)
Usted
se fue Don Manuel
y
algunos los han recordado,
no
sé si ha arado en el mar,
en
el mar contaminado.
A usted Don Manuel Gonzáles,
que
nos dijo claramente
que
se pudría la gente,
le
digo no hay quien nos salve.
Don
Manuel Gonzáles Prada
aunque
usted hizo su parte,
me
permito asegurarle:
con
palabras no bastaba.
José
Manuel de los Reyes
Gonzáles
de Prada y Álvarez
de
Ulloa, por si faltara
quien
su nombre conociere.
Van
a ser casi cien años
desde
su triste partida,
la
patria de muerte herida
se
la comen los gusanos.
Manipulando
las leyes,
respetado
Don Manuel,
el
cadáver es pastel
para
estos delincuentes.
Así
pues, Gonzáles Prada,
como
bien nos advertiste
y
tan claro lo dijiste:
ahora
no nos queda nada.
~
28v
Muy bien Ricardo, me emocionaste, ralmente Gonzales Prada fue un gran hombre incomprendido, y lo dicho por él continúa vigente; pobre Perú.
ResponderBorrarFernando Atala
Pasado un año te respondo, y agrego, pareciera que la gran mayoría de peruanos en cargos de poder no se merece el cargo ni el país que tiene. Ojalá esté yo equivocado y dentro de una o dos generaciones el país no esté ya definitivamente en poder de otra gente.
Borrar