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Gil Elvgren |
En
reciente conversación salió a relucir un viejo dicho, digamos que
una especie de piropo o cumplido que se usaba en ciertas situaciones,
no sé si sigue vigente... lo dudo.
Su
usaba cuando alguna dama te invitaba algún elemento comestible,
comestible de verdad, no se vayan por las ramas de abajo, por
favor... decía que si la dama ofrecía algo de comer a un caballero,
éste (el caballero) al aceptarlo, podía retrucar graciosamente:
-
Señorita Lucy, de sus manos... aunque sea veneno...
Y
éso, sí, éso, se consideraba galante... se ve por qué pasó de
moda, semejante huachafería no podía durar mucho tiempo, además
que en aras de halagar a la susodicha, casi se le ofendía al insinuar
cierta desconfianza respecto al elemento ofrecido.
-
¿Otra vez tengo que aclarar que no me refiero a ese elemento sino a
lo que se come?
-
Pero ése también se come, todo se come...
Basta,
la explicación confunde más de lo que aclara, paso a presentar el
poema, titulado:
De sus manos, aunque sea veneno...
(¿Ridículo?
- Puede ser)
De sus manos, veneno;
De sus manos, veneno;
declamaste
meloso,
muy galante, orgulloso
y un poco cacaseno1;
esa fórmula antigua
de mostrarse amistoso
haciéndose al gracioso,
en tu caso fue ambigua
porque todos sabemos
que tu lado cortés
es tan sólo el doblez
de tus falsos floreos.
Mejor cambia el piropo
muy galante, orgulloso
y un poco cacaseno1;
esa fórmula antigua
de mostrarse amistoso
haciéndose al gracioso,
en tu caso fue ambigua
porque todos sabemos
que tu lado cortés
es tan sólo el doblez
de tus falsos floreos.
Mejor cambia el piropo
y
también de objetivo,
a la que has pretendido
a la que has pretendido
no
le llegas ni al jopo2,
controla tus tendencias
y frena tus pasiones
porque sino te expones
a suplicar clemencia.
No pruebes su paciencia
que no es como supones,
no espera invitaciones
y menos sugerencias,
no debes excederte
mi estimado Lamberto,
que si ya no te has muerto
es porque tienes suerte;
controla tus tendencias
y frena tus pasiones
porque sino te expones
a suplicar clemencia.
No pruebes su paciencia
que no es como supones,
no espera invitaciones
y menos sugerencias,
no debes excederte
mi estimado Lamberto,
que si ya no te has muerto
es porque tienes suerte;
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