domingo, 25 de octubre de 2015

Castigo de Octubre

Poesía "Costumbrista"

(Pero qué mala costumbre, oiga)
 
Esta poesía es de Octubre del 87, cuando Alan estaba en su primer gobierno, ése gobierno que él mismo reconoció que fue una cgd y justamente por éso pedía otra oportunidad para reivindicarse con el pueblo peruano y con la historia... ¡Y vaya si lo logró! a tal punto que él piensa que somos tan ... que merecemos tenerlo otra vez en el gobierno para que siga haciendo historia, y qué historia. 
Este blog no trata de política, el comentario anterior es sólo para poner en contexto el tema tratado, y que en esta presentación no hable bien de Alan no significa que esté con la hija de su papá, ni con el inca paz ni con el inca won ni con el ppk...

- Usted no está con nadie, no le gusta nadie...

- Y también... con semejante muestrario, qué quiere...  

Bueno, declarada desierta la candidatura, pasemos a lo que interesa esta vez, un viejo poema, hasta hoy inédito.

- ¿Y por qué no lo publicó antes?

- No sé... pero acá está.

La acción transcurre en Lima, mes de octubre, cuando sale la procesión del Señor de los Milagros y se come el turrón de Doña Pepa.




Castigo de Octubre
(de 1987)

¿Dónde está la procesión
con sus andas y sus cirios,
sus olores, sus delirios
y el sospechoso turrón?

Desde aquí se ve la gante
que se amontona y se empuja
como aquelarre de brujas
o revoltijo doliente.

Yo, pensando trabajar,
y vestido bien al terno
me subí al auto que tengo
acabado de lavar,

salí después del café,
limpio, alegre y afeitado,
y al punto me embotellé
en el caos mencionado.

Pita el tombo, corre el indio,
se cruzan las cucufatas,
también las negras beatas
que se mueven de lo lindo.

Yo, iluso, tengo esperanza
de llegar con poco atraso,
mas siento que paso a paso
se me acaba la confianza.

- ¿Cuánto es hasta La Colmena?
me pregunta una morena
- No hago taxi - yo le digo
pero igual se me ha subido...

si en el auto no hay letrero
que cause tal confusión...
¡Maldición! ¡Un turronero
me chocó de refilón!

- ¡Me vas a pagar, huevón! -
le aclaro decentemente -
pero escapa entre la gente
y se pierde en el montón.

Miro bien a la morena
que se acaba de trepar
y viendo que está muy buena
me olvido de trabajar.

¿A La Colmena, preciosa?
le pregunto con malicia
y ella se hace la novicia
mientras le miro sus cosas.

Se fija en mí, en la corbata,
en la pinta y en el carro.
- No se me escapa este pata -
creo que piensa - lo agarro.

Siento cierta excitación
por escapar del tumulto,
de la negra veo el bulto
y evito la procesión,

me subo por la vereda,
viene un tombo*... lo atolondro,
me llevo una anticuchera**...
¡si ya estoy hecho una fiera!

La colmena no es mi fuerte,
mejor es la Costa Verde
o tal vez el cinco y medio
para disipar el tedio.

La morena está de acuerdo
mas con una condición,
creo que de religión...
qué sé yo... no lo recuerdo.

Por fin alcancé la pista
en dirección adecuada,
la moza está que se agarra
y no me quita la vista,

cuando el lugar se aproxima
me dice: no seas malito
para por aquí un ratito -
y se baja en una esquina.

Allí me dejó esperando
todo henchido de pasión...
¡Castigo por ir robando
negras a la procesión!

~ o ~

*   Tombo: Policía.
** Anticuchera: Vendedora de anticuchos (especie de brochette o brocheta)

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