domingo, 20 de septiembre de 2015

Recuerdos (impropios) de mi niñez




Allá en el pueblo donde crecí, Huancayo (Perú), que ahora es una bella ciudad, había un vagabundo muy conocido por todos, era un hombre envejecido y destruido por el alcohol que no despertaba compasión a pesar de su desastroso aspecto y terrible condición porque era muy insolente en sus supuestas bromas, y tan confianzudo que era mejor mantenerlo a raya. Andaba ebrio por las calles diciendo barbaridades con su lengua de trapo; sin embargo debo reconocer que pocas veces hablaba groserías, tenía cierta maestría en la sátira y el sarcasmo. Le decían "el gringo borracho" porque debajo de tanta mugre y harapos se distinguía aún lo que alguna vez fue un hombre blanco, tal vez un apuesto y bien plantado caballero, quien sabe, pero en mis días de niño era poco más... o poco menos, que un estropajo viviente... y libante. Siempre borracho, no había otra manera de llamarlo: era el gringo borracho. De entre las gracias, ocurrencias y atrevidas observaciones que pronunciaba con su voz aguardentosa recuerdo una que me daba risa sin entenderla del todo, me hacía gracia porque mi padre se reía de eso, y si él se reía pues... bueno, la frase se la dijo a una dama de sociedad:

- A dónde vas... mariposa nocturna.

La susodicha lo mandó a freír monos y el borracho prosiguió su ruidoso recorrido soltando cachacientas risas y nuevas ocurrencias. Nadie se salvaba de su extraviado ingenio. Mariposa nocturna para mí no significaba nada más que lo dicho literalmente, una mariposa que salía a volar de noche sin importar por donde ni para qué. En algún momento mi inocencia tenía que terminar y recién entonces comprendí porqué la dama en cuestión se había sentido tan agraviada. El gringo borracho murió poco después, no había cuerpo que aguantara tanto castigo. Quedó su mariposa nocturna en mi memoria y este poema que surge después de muchos años. Y el final no es más que una broma... no piensen mal... porque por allí puse un "casi" que casi me salva. En realidad creo que estos cuartetos los podría haber escrito el gringo borracho, si hubiera tenido unos momentos de lucidez.


MARIPOSA NOCTURNA

(Inspiración pecaminosa)

Mi mariposa nocturna
que tanto revoloteas
parece que no te enteras
que a muchos el cielo nublas;

al tranquilo lo perturbas,
al perturbado lo incitas,
al que se acerca lo invitas
y al ingenuo lo conturbas.

Mariposa de la noche,
polilla de oscuridad,
no tan solo por bondad
quieres subir a mi coche...

yegua oscura de la esquina,
potranca simuladora,
silueta perseguidora
aunque también perseguida;

siempre desafiante, altiva,
yo casi no te conozco,
ese "casi" es tan angosto
que en él me juego la vida.

Hay cosas que no se venden,
o que al menos no debieran
¡mas tú qué fácil superas
lo que murmura la gente!

Lechuza de la penumbra,
un caballero no paga
por lo que esconde tu braga,
aunque a veces lo deslumbra.

A ejemplar comportamiento
mi condición noble obliga,
mientras lolas y barriga
muestras con gran aspaviento;

inspiración de borrachos
y también de los abstemios,
 aquí yo me pongo serio
y te dejo a los muchachos.

De tu influjo estoy absuelto
pues jamás te he contratado...
mas no creas que he olvidado
¡te quedaste con el vuelto!

~ o ~

2 comentarios:

  1. Un saludo mi apreciado Fayo, el personje que mencionas en la introduccion al poema, por cierto tan entretenido como siempre, era descendiente de una conocida familia italiana de apellido Del Agostini.Te contare una anecdota que tuve la oprtunidad de presenciar cuando era estudiante.En la esquina de Ferrocarril y Giraldez estaba ubucada la teinda de Dn. Modestto Villavicencio,En la bodega habia de todo como en botica , una joven señora muy agraciada entro preguntando si tenia camarones... El gringo de marras vocifero ... Mamita ! Yo te voy a dar mi camaron ! La señora toda sonrojada solo atino a salir toda azorada sin comprar nada. Otra de las cosas que recuerdo de el es que cuando caminaba por el centro de la calle cada vez que se detenia hablaba incoherentemente arqueando el cuerpo hacia atras e inexplicablemente no se caia. Recuerdos de nuestro querido Huancayo.

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    1. Así es que lo identificaste al gringo borracho, era muy prepotente y a muchos tal vez los intimidaba más por su escandalosa actitud que por por sus reales posibilidades de agredir físicamente, porque sería una vergüenza ponerse a pelear con el vociferante estropajo en plena vía pública, por éso se sentía el rey de las calles. Me imagino que alguna vez alguien lo debe haber parado. Y hasta ofrecía el camarón!!! Ja ja jaaa!!! qué loco! Y sí recuerdo esa característica de fulano, de doblarse hacia atrás... creo que era su lenguaje corporal para desafiar a los demás... como quien dice "sacando pecho" pero de tan borracho que estaba, llegaba a esas contorsiones grotescas.
      Saludos Jorge.

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