Da pena
Te escribí un poema que da pena:
sin rima, sin métrica y sin nada,
y en cuanto al contenido, una gansada;
tan malo que hasta dio verguenza ajena.
"No puedes publicar tal mamarracho",
opinaste generosa y sabiamente,
podrías haber dicho fácilmente
que estaba bien, y me iba para el tacho.
No hay otra como tú, bella y serena,
por éso, aunque me encare con la gente,
afirmo que hay mujer inteligente
y grabo mis palabras en la arena,
donde serán borradas por el viento
para que se mantenga la costumbre
que la define frívola y voluble,
que la define frívola y voluble,
y no cambie en nada lo que siento.
Todo agradecimiento queda corto,
sólo espero que no haya suspicacias
de que hayas evitado mi desgracia
porque el poema estaba para el orto.
~ o ~
Da curiosidad por leer ese soneto que estaba para orto. No lo vas a publicar?
ResponderBorrarPara el orto... ja ja... No, no existe, es sólo un recurso, un invento como tema para la poesía.
Borrar