Lo que tengo de bueno...
De chiquito me decían:
qué lindo, tan inocente...
éso opinaba la gente
y en ese tema insistían;
después, claro, fui creciendo
y muchas cosas cambiaron,
los halagos acabaron
y las cosas fui sabiendo;
no fue mucha la inocencia
que en mí pude conservar
aunque no llegó a faltar
algún grado de decencia.
Ya nadie me llama lindo,
menos mal, éso no cabe,
pues quien me conoce sabe
que de esas cosas prescindo;
tampoco hay que exagerar
en los benditos modales,
que los míos son normales
y a nadie darán que hablar.
No seré más angelito
pero en compensación
les daré una explicación
de lo que tengo bonito:
Es grácil, de buen tamaño,
normalmente no la muestro
y de esa forma demuestro
que no me gusta el amaño;
mas no es que sea tacaño,
en verdad soy generoso
y sin darme de rumboso
tampoco soy muy huraño,
término medio, medido,
respetuoso de los modos
con paciencia la acomodo
y así a muchas he rendido;
ya se irán imaginando
éso que tan bien manejo,
porque aún no estoy tan viejo
y puedo seguirle dando;
no me gusta que se moje
que se ensucie o se maltrate,
tampoco que se me achate,
no soporto si se encoje;
de motor está cañón
y merece buen aceite
porque nos da gran deleite
que hasta parece ficción;
de combustible, el mejor
que encontrar en plaza puedo,
que al final no me lo quedo
y es tan acariciador...
Ya la imaginan completa
tras mi buena descripción
de aquello que es mi pasión:
mi hermosa motocicleta.
~ o ~
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