Guerras,
profecías... se acaba el mundo...
O
se acaba todo.
Diferentes
profecías, hindúes, islámicas, mayas, judías y cristianas y quién
sabe cuántas más, predicen tragedias y sufrimientos antes del fin
de estos tiempos. No queda muy claro qué viene después, algunos
piensan que no se salva nada, lo cual parecería un enorme
desperdicio de proporciones incalculablemente absurdas. No hay con
quién negociar, ni con qué, porque nada nos pertenece.
Es
asombrosa nuestra pretensión de sentirnos dueños del planeta... y
hasta del universo, hace unos días encontré un vídeo que muestra
un supuesto objeto circular y oscuro que parecía estar haciendo
algún tipo de interacción con el sol, y la presentación del vídeo
hacía alusión a que un intruso estaba extrayendo energía de
“nuestro” sol, dice literalmente: "Supuesto Ovni del tamaño de la tierra roba energía de nuestra estrella el Sol.. Preocupante!!!" Se dan cuenta... nos estan robando, dice... ¡cómo te van a robar lo que nos es tuyo! ¡qué pretensión... nuestro sol!
No somo dueños de nada: ni del aire ni de los ríos, no digamos ya los mares de los que casi nada conocemos y menos aún de lo que puede haber dentro de la tierra; y marcamos fronteras entre países, absolutamente permeables para vientos, pájaros,
insectos y cuanta materia libre se nos pueda escapar, que sirven sólo para estorbarnos el paso entre nosotros y aplicar las medidas de nuestro miserable egoísmo. Y creemos que lo controlamos todo, no señor, no controlamos nada: ni siquiera nuestra propia conducta, que es por dónde habría que empezar.
Finalmente es
sólo una forma de hablar, porque de alguna manera debemos
expresarnos: nuestro mundo, mi casa, tu país, nuestro universo, pero resulta que el lenguaje modela nuestra percepción
de las cosas y termina por distorsionar nuestro concepto de la
realidad y del mundo y terminamos creyendo que somos dueños, no sólo del planeta sino quién sabe de qué; sino cómo se explica la "venta" de lotes en la luna y en marte... ¡por favor!
Somos
apenas algo parecido a una leve pátina en la superficie del que nos
parece inmenso globo y que a su vez no es más que un insignificante
planeta orbitando una estrella de segunda o tercera categoría que se
pierde entre millones de estrellas sólo en esta galaxia... de las
que a su vez hay millones.
No
somos casi nada... pero algo somos, aquí estamos, y creamos
religiones y por ellas nos matamos, pero en verdad son sólo el
pretexto para acabar con el otro. Entonces, en términos de evolución
espiritual (aquí me despido de muchos que no creen es esas cosas)
¿en qué nivel estamos?
No
sabemos si estamos situados entre los animales y los semidioses o si
hemos extraviado el rumbo, porque los animales no muestran la
crueldad que en los hombres vemos.
¿Nos
hemos apartado de Dios y de los dioses, o siempre hemos pertenecido
al mal?
"Y
vendrá el gran impostor al fin de los tiempos", nos aseguran los
profetas y profecías, unos creerán que es El Mahdi musulmán, otros que es el
Mesías judío que recién llega, otros creerán que es la vuelta de Cristo,
y así cada religión verá en ese embaucador a quien espera, y entonces todos
se unirán a su alrededor y serán un solo pueblo, al fin, una
humanidad sin fisuras, pero unida por la mentira y el engaño. Seremos todos fieles de Satán.
Y
su maldito reino durará lo que tenga que durar, no sabemos si mucho o
poco... pero imaginamos que mucho no ha de ser porque se dice que
entonces "vendrá el verdadero Amo del Mundo", el verdadero Dios, el
verdadero Esperado y Elegido y acabará con la farsa y los farsantes.
Aquí
vienen las controversias: Quién se salva.
Aquí
no se salva nadie.
Nombren
una iglesia inmaculada.
Encuentren
una organización sin mancha.
Digan
quién no es hipócrita.
Aquí
no se salva nadie.
Y
la iglesia de Roma, la católica, la que pensábamos que iba de más
a menos, “pobre” entre tanta riqueza, egoísta entre tanta
abundancia, pidiendo limosna para no gastar lo suyo, había sido más
astuta y poderosa de lo que algunos ingenuos pensaron. Hasta daba
pena ver cómo le salían competencias “desleales” en tantas
sectas "cristianas" sólo de nombre... ¡cómo no patentaron a Jesús el Cristo! Se
hubieran enriquecido aún más...
Pero
ese diablo sabe más por viejo, siempre estuvo en el poder y sigue
estando, y avanza incluso allí donde había perdido toda o casi toda
su influencia, como por ejemplo USA y hasta Rusia. ¿A dónde quiero llegar? Lo diré sin rodeos:
Ése
será el soporte del gran estafador. Se está fortaleciendo para éso
y tiene el poder de las sombras para lograrlo. No quiere decir que al
fin y al cabo esa iglesia sea la que mande y determine todo, pero sí
será la argamasa que unirá al mundo entero... lástima que por poco
tiempo y para nada bueno. En fin, somos poca cosa... tal vez más
adelante, con el sufrir que viene, seamos algo más.
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