sábado, 1 de marzo de 2014

¡Cuidado con la trampa!

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LA TRAMPA

(Fábulas de ayer y hoy)


¿Por qué estará contento mi marido
si hace días que yo no le doy nada?
¿Me estará haciendo una de sus jugadas,
o será que sólo lo imagino?

Este fulano es capaz de cualquier cosa,
sin reparar en que es un pervertido
se manda sus macanas desastrosas
diciendo que es su “lado deportivo,”

según él...  porque hay que ver quién cree
que todas esas locas correteadas
no son en realidad las cochinadas
que hacen que ese mal se enseñoree.

- Soy inocente... y un poco juguetón.
- Yo creo que más bien un sinvergüenza.
- Te digo que éso nadie más lo piensa.
- Y yo, que te estás jugando un bofetón.

Le pondré una trampa con mi amiga
la morocha Tatiana, que lo turba,
ella es decente y nada me perturba,
segura estoy que hará lo que le diga.

La morocha se presta a la jugada,
dispuesta por la amiga al sacrificio,
ésta ignora que el verdadero oficio
de Tatiana la va a dejar fregada.

Es tan simple el alma del fulano,
que ingenuo y despistado no presiente
que la moza que viene de repente
es la trampa que se le ha preparado.

Y la Tati, que con tanto esmero
se propone cumplir con el recado,
parece que el final se le ha olvidado
y termina haciendo el trabajo entero.

¿Qué voy a hacer, qué le digo a mi amiga?
se pregunta entonces la morocha;
mientras el último botón se abrocha
también la última inquietud mitiga.

La solución no se hace esperar tanto,
a la primera pregunta de la esposa,
Tatiana le responde muy graciosa:
Tienes suerte... ¡ese hombre sí es un santo!

Si alguna moraleja tiene el cuento,
me parece por lo menos cuestionable,
pues si la represalia es tan amable
muy difícil será que haya escarmiento.

~ o ~

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