viernes, 27 de diciembre de 2013

TRILOGÍA COMPLETA I, II y III


- TRILOGÍA -
*
PARTE I
- LO DE ARRIBA -

Son siempre dos, sin importar tamaño,
la forma suele ser muy parecida
lo cual no necesariamente implicaría
que se muestren siempre con el mismo amaño.

Pueden verse cubiertas, bien tapadas,
o insinuándose coquetas entre pliegues,
pueden también sin pudor ir destapadas
como la mayoría de hombres las prefiere.

¡Son los senos, las tetas, la pechuga!
Ya me rallé, quiero gritar su nombre,
las llamo a gritos cuando se me esconden,
clamor interno que casi nadie escucha.

¡Ah, mujeres!... mirarlas a los ojos
es cosa muy común que nos reclaman,
pero la vista se va, busca las mamas
que desde chicos ya nos tienen locos.

Mas qué vergüenza, dirán, que poco aplomo
muestran los pobres machos aturdidos,
pero es que tales tretas han urdido,
y no son sólo las tetas...es el lomo,

como verán en próximas entregas
que espero las pondrá de buen talante.
Esta vez toca a lo de adelante:
un cielo con pezones como estrellas.

Es enorme placer verlas erguidas
deslumbrándonos tras un fatal escote,
y es más emocionante que te broten
firmes, turgentes, cuando el sostén quitas.

Cuál es el mejor tamaño se discute,
tanto en días presentes como antaño,
modestamente, para mi disfrute,
prefiero las que caben en mis manos.

Pero no se confundan por el dato,
cualquier tamaño siempre será grato,
tanto las que se elevan sutilmente
como esas otras de presencia ingente.

Chicas, grandes, redondas, puntiagudas,
siempre serán bien vistas cuando inquietas
se sacudan, se muevan cual ninguna
otra cosa ¡qué lindas son las tetas!

Despiertan gran ternura cuando pasan
con rítmica cadencia cual flotando
y cuando ante tus ojos van quedando
el centro de atención te lo desplazan,

¡Qué más vas a mirar! Ninguno es menso,
que estando ante paisaje tan intenso,
se ponga a mirar para otro lado
teniendo un par de tetas al costado.

Ante ellas nadie queda indiferente
ponemos nuestra cara de baboso,
deslumbrados por algo tan hermoso
poco importan los dichos de la gente.

¡Qué viejo verde... qué viejo calentón...!
creo escuchar algún infundio en ciernes,
espérenme nomás que lo que viene
va a hacerlos criticarme de a montón.

Quien las tiene a las dos, ya tiene a todas,
no discuto que haya gran diferencia,
pero en este poema para lolas
soslayemos alguna deficiencia.

Si son tetas... ¡ya está, que más reclamas!
si eres macho, confórmate con ésas
que el destino te dio, esas que mamas,
y no seas odioso ni aguafiestas.
~ o ~
*
PARTE II
 - LO DE ABAJO -

Te me vienes directa por delante
para verte he de bajar los ojos
y pasar por tan grandes sonrojos
que a veces es mejor no desafiarte.

Te detecto a través de cualquier prenda,
tu presencia es inútil soslayarla
porque igual desde lejos o de cerca
no faltará quien pueda adivinarla.

Allí está, no puedes ocultarla
está en tu rostro, tus labios y tus manos,
es perenne su influjo hasta en tu charla,
el timbre de tu voz no es un engaño.

Es imán atrayente que sofoca,
que distrae, perturba y atolondra,
que nos hace dar vuelta a la redonda
mientras en agua se nos va la boca.

Bien ganado ese mote de babosos
lo tenemos algunos, no lo niego,
pero es que son terrenos escabrosos
a los que igual no les tenemos miedo.

Que nos digan babosos y asquerosos
es cosa de injusticia inocultable,
pues no somos nosotros los culpables
de ese constante y abusivo acoso.

Sé que me dirán que soy grosero,
que de esas cosas no habla un caballero,
en éso estoy de acuerdo mas se entabla
lucha constante de pantalón y falda.

Portal que lleva al cielo y a la gloria,
oscuro socavón que tanto adoro,
sublime mina que ocultas el tesoro
más buscado desde la antigua historia.

Dirán... ¡qué exagerado! Pobre loco,
mas vean que al espíritu levanta,
exceso de placer que no se aguanta
y que al final te dejan hecho un moco.

¿Éso buscamos, que nos hagan poco?
De ninguna manera, es lo contrario,
quisiéramos echar uno tras otro
cual salvaje y primitivo cavernario.

Mas no siempre es posible... les duele la cabeza
dejándonos a un lado por pereza.
No sabemos qué hacer con esa pieza
que a fuerza de desearla se endereza.

La hurgamos con la mano o con la cosa,
que ya imaginarán de cuál se trata,
ésa que algunos con vulgaridad barata
gustan parangonarla con la rata.

No puede escamotearse que la boca
juega también papel indispensable,
luciendo la lengua habilidad de sable
consigues a la dueña volver loca.

Si vas a usar las manos ten cuidado,
tenerlas limpias, y usarlas con dulzura,
no vaya a suceder que por las uñas
te quedes solo, triste, abandonado.

Humecta la cutícula con cremas,
con ungüentos que sean adecuados,
haz que la susodicha sea ajena
a cualquier preocupación por ese lado.

Disfrutemos hermano ese portento
que nos hace mover el mundo entero,
que nos impulsa con coraje fiero
a lo que sea, por ponerla adentro.

Acabo esta balada que no es mucha,
para aquello que no dije el nombre
porque espero evitar que alguien se asombre
que dedique mis versos a una ch_cha.
~ o ~
PARTE III
 - LO DE ATRÁS -

Te veo siempre desde la retaguardia
apreciando tus formas tan hermosas
importante complemento de las mozas
que muchas veces nos causa taquicardia.

Normalmente te miro y tú te alejas
contoneante prosigues tu camino,
me embelesas, me atraes, me enajenas,
y si muero te importa a ti un comino.

Tan redondo, tan suave y tan erguido
en mi pobre imaginación así te metes
y con gracia encantadora tus cachetes
causan en mi un celestial martirio.

Te imagino a la vez muy tibio y fresco
quien sabe si no soy contradictorio,
mas si aceptas los versos que te ofrezco
lo sabremos quitando el envoltorio.

Tan sólo tú, con esa mansedumbre
consigues más que innumerables tropas,
y si fuera quitándote la ropa
desbocarías enorme muchedumbre.

Te canté bellos versos sin nombrarte
me inspiré en tus formas y en tu influjo
pensando que sería el mayor lujo
llegar hasta tus flancos y tocarte.

Pero es mejor quedarme donde estaba
cuando te vi pasar con ritmo alegre
porque tocarte puede que me cueste
bastante más que alguna cachetada.

¿Para que sirve, qué tanto lo admiramos?
prefiero evitar los pormenores
que pueden provocar muchos rubores
por éso en esta parte lo dejamos.

Para qué va a servir... ¿Nos sirve el arte?
¿Solamente hay que apreciar lo utilitario?
Algunas alegrías hay que a diario
te animan la existencia sin costarte.

Ya cada quien verá qué le apetece,
y cada cual con sus habilidades
sabrá en la intimidad qué cualidades
serán bien recibidas si se ofrecen.

No me pidan que rice más el rulo,
que bastantes angustias me depara
disimular la cosa que se para
al ver éso que rima y disimulo.

Es refugio, colchón, protuberancia
ansiada por casados y solteros,
ninguno de los dos está hecho en fierro
para ignorarlo de cerca o a distancia.

Si es de lejos, detrás se van los perros,
si es de cerca, ahí te haces el canchero,
señor del malevaje y entrevero
no aceptas confundirte con becerros,

Quisieras ser el único marchante
capaz de disfrutar de ese tesoro
y mientras, con cautela y con decoro,
vas calculando que el bolsillo aguante.

Hay veces que lo ves en pantalones
tan justos y apretados que te asombra
como habrá sido difícil que los ponga
y está pa` que lo coman los leones

Termino alabando al más grandioso,
turgente, celestial, libidinoso,
que al tomarte por sorpresa no encontraste
nada mejor que decirle ¡Qué buen traste!
~ o ~
*

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