Hay gente que desespera por conseguir quien lo lea
sabiendo que cada día se encuentran menos lectores,
inocentes como antaño casi no queda ninguno:
son críticos despiadados si es que no son escritores;
como estas dos condiciones suelen ser muy compatibles,
una no excluye a la otra, al contrario: se refuerzan,
y entre halagos y reclamos, casi a inmolarnos nos fuerzan
exigidos día y noche por poderes invisibles.
Mas hay quien se liberó de esa recia servidumbre,
cuando hay que leer, se lee, y si hay que escribir se escribe,
como ganas de comer, de dormir o de ir al cine.
Y si con estas palabras algún agravio cometo,
si alguien se siente tocado por lo que yo nunca dije,
pido que se tranquilice, y le obsequio este soneto.
~ o ~
No hay comentarios.:
Publicar un comentario