REQUIESCAT IN PACE PERÚ
Tal vez dentro de algunos años alguien escribirá algo como esto:
"Había un cadáver en descomposición tirado sobre minerales, petróleo, campos de cultivo, montes, pueblos, ciudades, cerros, selvas, lagos y carreteras. Y se llamaba Perú.
Magistrados, congresistas, presidencia, ministros, ejército, marina, aviación y policía corrompidos y sometidos; un pueblo en su mayor parte aculturado y envilecido por siglos de desprecio y bastantes años de indignidad y colonización mental.
Otra parte de ese pueblo aún sentía vivas sus raíces y se conservaba relativamente inocente frente al general despojo de los restos de esa patria que nunca fue suya porque nunca los acogió. Pero era despreciado y calumniado por los primeros, por los sometidos.
Entre la pus y las miasmas, cual masa de gusanos en entrevero, se extendía el odio entre los usufructuarios del cadáver. Cuanta más responsabilidad se necesitaba más brutalidad la reemplazaba; la soberbia del ignorante campeaba triunfal en los encumbrados puestos de mando y de control. Quien podía se regodeaba en lujos y en excesos sin mirar siquiera de dónde provenían las riquezas que malgastaba.
El egoísmo, muy cómoda y convenientemente, los cegaba.
Me falta coraje para describir la hecatombe que siguió, me resisto a pormenorizar las muchas facetas de la destrucción final.
Ya no existe el Perú, solo hay despojos de lo que nunca llegó a ser el país soñado. Todo quedó en eso que provocó el final. La enfermedad social que nunca pudimos curar y que nos desintegró cual maligno lupus que se ataca a sí mismo.
Requiescat in pace, R.I.P. Descansa en Paz, Perú, que murió de odio, egoísmo e incomprensión."
~º~