domingo, 12 de agosto de 2018

Destruyendo el idioma


¿ALGUNES?


Ustedes, está bien... pero nosotres, elles, todes, algunes, diputedes, cocineres... ¡no jodan!
Ese es el nuevo enfoque de idioma políticamente correcto según cierto sector inubicable, perdido y desorientado, o de algún Movimiente Igualitarie. ¿Qué pasa con las señoras y señoritas? ¿Será solo una moda o de verdad se sienten disminuidas?
Que todos tenemos derechos es algo que nadie discute, como personas y seres humanos que somos, y si el lenguaje, por cuestiones de economía y pragmatismo engloba a los dos sexos en una sola palabra, no es para que se pongan bravas, es así que se habla y se escribe, no teman perder su sitial en la escala humana. Por qué ese nerviosismo, por no decir por qué esas ganas de ... bueno, eso.

- Es que a veces las maltratan y hasta las matan.

- Sí, y para eso están las leyes que ya tenemos, no se necesita agregar ni modificar nada, solo cumplir con las que hay y de manera estricta. Como debe ser y parece que no es.

Ese campo es bastante delicado, y ya algunas habrá que desconfíen de mis intenciones, pero les aseguro que no tengo otro propósito que tratar de parar, quién sabe si a tiempo, esta nueva moda o idea de no usar el masculino, que generalmente termina con la letra O, ni el femenino que termina con la A, sino, vaya uno a saber para qué, cambiarlas por la E. Así "todes contentes", esa sería la finalidad de tan estrambótico cambio que no tiene ni idea de que más es lo que perjudica que lo que ayuda, porque será un desastre para el bello idioma español.

No lo estaba tomando muy en serio hasta el día de hoy, en que casualmente me topé con un converso extremista que usa ese alucinante cambio con tal desparpajo que me quedé lelo, o lele, si quisiera que el susodicho no me acuse de machista. 
Con toda calma y audacia se atreve a escribir por ejemplo: "Y todes podemos decir...", "legisladores y funcionaries", "acostumbrades", "les diputades", "les candidates", así, sin asco y sin anestesia... también escribe "que nadie se haga le bolude" en lugar del conocido "no se haga el boludo" que todo el mundo entiende. A mí  me agarró desprevenido y se me saltaban los ojos y los sesos de pensar que para estar a tono (o a tone) me tendrían que saltar los ojes y los seses... ¡No, por favor!
Si no me creen, aquí está el artículo.

Bastante jodida está la lengua con los errores ortográficos y de concordancia en que naufragan hasta los doctores (aquí sí está bien la E) como para agregarle este tipo de dificultades gratuitas que al final no van a salir gratis ni baratas, sino que nos van a costar un hueve o un tete... ¿se entiende? porque si no se entiende ya no es culpa mía sino de la intrusa letra E.

Entonces, y en viste de le que dije... ¡qué enrede! aquí va:





Le Sonete


Te dedique estes verses delicades
esperando que les leas de corride,
y si al fin no se entiende lo que digue,
mi culpa no será, tú bien lo sabes.

Ese afán de romper lo masculine
se lo pueden guardar bien en el orte,
que si solo ese desee está en su norte
trataremos de que no nos contamine.

No nos hagan odiar la letra E
metiendola allí donde no encaja,
a la fuerza, con la mano o con el pié;

quien respeta el idioma no comete
esa falta y tampoco se le cuaja
confundir nalgatorio con cachete.
~

3 comentarios:

  1. Jejejeje, bien aclarade pare tedes les cojudes🤣🤣🤣

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  2. Efectivamente, muchas corrientes que buscan restaurar la importancia y los derechos de las mujeres en la vida cotidiana, con frecuencia llegan a propuestas que caen en el ridículo, como el autor del artículo que comentas.

    Como dices, el idioma castellano, aún con sus variantes de los lugares donde es lengua natural, es suficientemente rico para que cada quien que se exprese ante un colectivo, no omita a ningún ser que sea destinatario o destinataria de su perorata o artículo.

    Parece que algunas personas han olvidado que existe el vocablo "persona" para designar a mujeres y varones; palabra que se puede anteponer al título, grado, oficio o actividad de las personas a quienes se quiere incluir. Todo lo demás es caer en exageraciones que luego distorsionan la lengua y el buen hablar de la gente.

    Gracias por compartir tus apreciaciones (que con tu permiso las hago mías) sobre esta nueva moda y sus practicantes o seguidores, que redondeas con los versos, a que nos tienes acostumbradas a las personas que te leemos, en un soneto delicadamente pertinente y sarcástico.

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