domingo, 10 de diciembre de 2017

Coplas al burro


Amigos


Muchas veces se da el caso en que se recurre a la comparación entre humanos y animales como forma de insultar a los humanos, lo cual es muy discutible porque a veces, dependiendo de qué persona se trate, el insultado resulta ser el pobre animal. Llamamos perro a algún hombre despiadado, traicionero, de baja moral y de suma vileza. ¿Por qué? No se entiende. El perro es justamente todo lo contrario a eso, es un animal que sacrifica su libertad por amor al humano, puede estar detrás de uno durante horas y no solo a cambio de alimento sino de una caricia, o simplemente por estar cerca de la persona que siente tan suya y a la que protege hasta con su propia vida. Eso es un perro. Que usemos esa palabra para tratar de ofender a alguien, habla muy mal de nosotros. No hemos entendido lo que es el perro, que si a veces muestra ser de mala índole, es por causa de algún humano que le contagió su maldad.


Un burro es un animal al que usamos durante siglos como bestia de carga, una acémila, ¿para éso se requiere de un sabio o de un filósofo? No. Nos basta con el manso y noble cuadrúpedo, y en lugar de estar satisfechos y conformes con el servicio prestado a cambio nada más que de un poco de pasto, lo denigramos usando su nombre también para insultar a algún torpe, ignorante o bruto. Si lo pensamos bien, nos estamos mostrando indignos.

No sigo porque me aburro y qué culpa tiene el burro.
Que se aburra usted también nos preocupa, al burro, a mí y al perro. Así que trataremos de ser breves.

- ¿Están escribiendo a seis manos?

- No. A dos manos y ocho patas.

Estos dos ejemplos son los más usados como insultos en el día a día, sin embargo hay muchos más, aunque también es justo mencionar que muchas veces las comparaciones tienen la intención opuesta: enaltecer al sujeto; eso se ve en el caso de compararlo con el valiente león, la imponente águila, el astuto zorro (en este caso es ambivalente), el agudo lince, etc.
Creo que con eso compensamos en algo nuestra visión del mundo animal, pero no quedan compensados el perro, el burro ni las demás especies ofendidas. Como por ejemplo en el siguiente "diálogo":

- ¡Lagartija!

- ¡Buey!

¡Cuánta elocuencia! La lagartija es ella, movida y vivaracha, seguramente, y el buey, pues quién va a ser, él; no hay más posibilidades.
Otros insultos de origen zoológico son: Víbora, jarachupa, cerdo, vaca, lombriz, hipopótamo, lechuza, careculo...

- Careculo no es un animal.

- Es que me dejé llevar por el entusiasmo.

Entonces, porque ya está bastante extenso el alegato y sabiendo que en este espacio las cosas suelen ser breves y concisas, aunque no necesariamente cortas, termino con esta declaración: si algo parece hacernos superiores a los animales es nuestro raciocinio, porque los hay más fuertes, más veloces, más hermosos y más ágiles que nosotros; y si es esa nuestra superioridad, deberíamos demostrarla tratándolos como a nuestros hermanos y no como a nuestros esclavos, y mucho menos burlarnos de ellos simplemente porque nos parecen inferiores. Inferiores somos nosotros cuando actuamos así.

- ¡Uf, que larga!

- Mejor ni la mida, oiga usted.




Al Burro

Coplas al asno

(no confundir con
te soplas al asno
o te acoplas el burro)


El burro, noble animal,
que hasta estuvo en el pesebre,
nos lo recuerda el orfebre
y creo que no está mal.

No debiera ser insulto
el nombre del fiel jumento
y con firmeza yo siento
que merece nuestro indulto.

No hay por qué llamarle asno
al ignorante que embarra,
pero sí al que se amarra
y feliz queda en el atrio.

Si a quien le dicen borrico
su ira al momento inflama,
el animal no hace drama
así tires de su hocico,

ni aunque le digas pollino
el burrito bondadoso
no se va a poner mañoso
como el humano mezquino.

Puede ser un garañón
y lo verás siempre humilde,
pero se pone insufrible
si es de un hombre la cuestión.

Mucho nos sirve el onagro,
nombre extraño y tal vez feo,
y a asegurarlo me atrevo:
no habrá quejas al cargarlo.

también es llamado rucio
y a cualquier palo lo atas,
pero si tiene dos patas
seguro te juega sucio.

No soy gran conocedor
de tan variados cuadrúpedos
mas tampoco a ciertos bípedos
los puedo entender mejor;

en el burro la mirada
transmite una gran ternura,
no solo si ve a la burra,
también cuando bien lo tratas;

del otro no digo nada,
al animal le dedico
este poema al borrico,
y no al que tiene dos patas.
~

2 comentarios:

  1. Muy buena aclaración final, el humano no tiene ni punto de comparación con cualquier animal, pues si éstos cometen algún mal, según nosotros, lo hacen por sobrevivir, en cambio el humano lo hace a conciencia, y en este caso, cualquier comparación con un hermano menor, según San Francisco, el humano sale perdiendo, sobre todo cuando se deja llevar por el entusiasmo, como te pasó ahora, ja ja ja, muy buena Ricardo

    Fernando Atala

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  2. Tambien yo pense en San Francisco al leer este poema. El amaba y cuidaba de los animalitos. Realmente son seres buenos y humildes. Bella creacion de Dios y bello y muy acertado el poema.

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