domingo, 25 de diciembre de 2016

Otra vez navidad

 
Feliz navidad jo jo jo

Algunos quieren convertir la navidad en la fiesta del consumo, de la frivolidad y del materialismo, y creo que van ganando. Gracias al monstruoso lavado cerebral multimediático donde la televisión (basura) es la reina y señora indiscutible, la gente está convencida que la navidad es la fiesta del derroche, los regalos, la comilona y la borrachera, todo ello decorado con la figura del gracioso Papá Noel que como prostituta en viernes santo se presta para cualquier cosa. El personaje no tiene la culpa, obviamente, sería como culpar a Pinocho por ser de madera. Los que manejan los hilos, o gruesas sogas del negocio, hacen lo que quieren con el tristemente alegre invento del Viejito Jo Jo Jo, que si se me acerca a jorobar esta vez no se escapa de que lo agarre a bastonazos. Ya estoy preparado.

- Oiga... no dijo que el personaje no tiene la culpa?

- El personaje no, pero el delincuente disfrazado sí.

Para los que ya se olvidaron, Navidad viene de nacimiento y en este caso concreto se conmemora el nacimiento de Jesús, ese que terminó muerto por insidia de sus compueblanos judíos que no pararon hasta verlo entregar su alma en la cruz... según los mismos libros en que se basa dicha religión, y aunque no haya ninguna pista para suponer que Jesús nació un 25 de diciembre, se escogió ese día para recordarlo y ya está, habría que respetar. Pero no... mejor es comer hasta reventar, chupar, y salir borracho a dar tiros al aire a ver a quién le perfora la cabeza la bala que caerá del cielo tras el tiempo requerido, porque sepan, caballeros: las balas no se quedan orbitando en el espacio exterior, no. 
Los cuetecillos, cuetes y cuetones ya son capítulo aparte, sirven para volar manos y pies de tantos infortunados que irán a desearle feliz navidad al personal de los hospitales y centros de salud ya abarrotados de alegres conductores; allí, los que no pasan a mejor vida, van a armar otra clase de festejo.
Y no es que lo diga yo, lo dicen las estadísticas, que también mienten pero en estos casos no mucho, porque al último que dijo la verdad lo crucificaron hace dos mil años... años más, años menos, y parece que esa fue la única moraleja que muchos sacaron de esa historia: Miente para que no te crucifiquen.



Otra Navidad



Otra vez es navidad
pues insiste en regresar,
panetón en vez de pan
y comida a todo dar
para quien pueda pagar,
de los pobres no me olvido
por eso he de ser sencillo
a la hora de celebrar.

La fiesta ya no me gusta,
no sé si es porque he crecido,
mejor dicho, envejecido,
y los ruidos me disgustan;
o será porque me ajustan
los dos que se me han hinchado
que ya me tienen lastrado
y si los muestro se asustan.

En plena carnicería
alguien "indulta" algún pavo
y en seguida es festejado 
con mentirosa alegría,
¡a qué tanta algarabía!
como si el pobre animal
por su condición de tal
a él pertenecería.

Ya basta de hipocresía;
Jesús, que comió pan solo,
va a meter al mismo hoyo
curas y feligresía
que con cabeza vacía,
pero la panza bien llena,
no ven la desgracia ajena
mientras rezan a María.

Cada cual con su propuesta,
a mí, mejor ni me inviten,
preferible es que se irriten
a sucumbir en la ingesta,
lo único que me resta
será contarle a mis nietos...
(si consigo que estén quietos)
de qué trataba esta fiesta.
~

domingo, 18 de diciembre de 2016

La Cómoda Edad del "No me Acuerdo"

O la jubilación deseada.


Digamos que antes de los cuarenta éso de hacerse el olvidadizo es de muy mal gusto, ya que puede considerarse como lo que es: una trampa, o como lo que no queda bien: una enfermedad degenerativa precoz. En ambos casos todos se alejarán rápidamente del susodicho o susodicha, lo cual puede ser una ventaja si lo que uno busca es apartarse del mundanal ruido, pero si no es ése el caso, guardemos esta comodidad para más adelante, cuando la nieve de los años blanquee lo que nos queda sobre la cabeza: el cabello. Por ejemplo, pasados los sesenta:

- Es sábado ¿No ibas a bañar al perro?

- ¿¡Qué!? ¿¡Tenemos perro!?

En este caso va bien la cara entre lelo y sorprendido, pero hay que ser muy profesional para llegar a convencer al interlocutor, porque de lo contrario no sólo no te creen sino que hasta corres el riesgo de ser descalificado completamente con un ya ... pasa, pasa..
Es recomendable hacerlo paulatinamente, hoy olvidamos algo, mañana confundimos las cosas, poco a poco, pero sin demostrar alegría ni satisfacción por ello, al contrario, no reconocer los errores es fundamental para convencer que es algo que escapa a nuestra voluntad.  

Hay un recurso alternativo: confundir los tiempos.

- ¿Cuándo vas a arreglar la cocina?

- Ya está, la reparó julián.

- Julián no vive aquí desde hace veinte años.

¿Qué ganamos con eso? - Casi nada, sólo un poco de tiempo, pero con esa actitud logramos que desconfíen de nuestra capacidad y prefieran que no metamos la mano en la cocina ni en ninguna otra parte, lo cual derivará, como lógica consecuencia, en que desde ese momento el jorobado será otro.

- ¿Y si no hay nadie más en la casa?

- Entonces, como dijo el sabio Aristóculo (el mañoso): No habent pacem sine compose a apparatus, o declarari jubilatus.

Y así, la estrategia es que entre olvidos y descuidos nos vamos haciendo tal fama que o nos dejan en paz, o se dedican a jorobarnos la vida constantemente... o declararnos jubilados y se acabó, en esa disyuntiva estoy, estudiando... estudiando la forma de colocarme por encima de esas minucias, como decía el discutible Nietzsche: más allá del bien y del mal. Dichoso seré si lo logro.

(Acabo de rebajarle cincuenta centavos a una cliente que se acercó a pagar, no le alcanzaban las monedas... pero a cambio me gané una visión en primer plano de la formidable delantera mientras la susodicha buscaba con qué pagar... ¡qué maravilla! me salió a veinticinco centavos cada una. ¡Una ganga! El trabajo tiene sus compensaciones).

Continuemos.

Veníamos estudiando la posibilidad de convertirse en una especie de bendecido que puede disponer de su tiempo a voluntad, la otra probabilidad es declararse jubilado y punto; nada de hazme ésto, cómprame lo otro, consígueme aquello, llévame a tal parte o anda a buscar a fulano. En lo de hazme esto podemos hacer alguna excepción según se trate de quién y qué cosa pida, ya se entiende, hay deberes de los que un caballero no se desliga jamás, mientras la vida nos de la posibilidad y la herramienta esté operativa. Para todo lo demás estaré jubilado, y ojo que jubilado viene de júbilo, que quiere decir eso mismo: alegría extrema que se manifiesta exteriormente. Yo para eso soy una fiera.
Vayamos entonces logrando paso a paso la dicha que necesitamos en estos años de madurez, antes que vengan los años de real descomposición y no tengamos ya incentivo ni razones para hacernos los locos, porque tal vez lo estemos de veras.
En pocas palabras: me jubilo por mi cuenta y riesgo, y encima, por si fuera poco, también me hago el distraído.

- ¿Y no va a trabajar más?

- Como hobby, puede ser, sólo para gozar de las sorpresas que nos da la vida.

  

 El jubilado



No me busques que no estoy,
estas viendo un holograma,
yo estoy metido en la cama
que hasta aquí llegué por hoy;

ya no toco ni un botón
y no salgo hasta mañana,
nadie me mueve de aquí,
imagínate que fui
a explorar el polo sur,
tal vez me perdí en un tour
o en el océano me hundí.

Yo que ya fui para ti
guardián, chofer, mayordomo,
te cociné el huachalomo
y hasta te arreglé el jardín
y en mil trabajos sin fin
alegre me rompí el lomo,
hasta que al fin con aplomo,
con elegancia y estilo
te anuncio que me jubilo.

Nunca más iré al mercado
ni al sastre ni a la modista,
tampoco a ver al dentista
aunque tenga pizza al lado,
como ves, me he jubilado.

Y aunque te cueste entender
ya sólo me vas a ver
feliz, libre y relajado,
festejarlo te propongo
con una cena y bailongo.

Acompáñame te pido
para poder contagiarte,
de nada vas a privarte
y verás que es divertido.
~

domingo, 11 de diciembre de 2016

La donna è mobile

 
Mujer coqueta y voluble

Los lectores habituales del blog no necesitan explicación ni traducciones para saber de qué se trata el título del presente artículo: La Donna è mobile; pero, como entre tanto salmón fino puede haber alguna trucha, vamos a dar una breve información al respecto.
La Donna è moblie, no es la doña que viaja en colectivo ni nada parecido, significa nada más y nada menos que "La mujer es voluble" o cambiante, por no usar palabras más rudas. Es que la gente de la Italia del siglo XIX era bastante delicada, no soltaban así nomás la puttana... decían voluble que es más delicado y se puede aplicar también a las que no son tan... puttanas.


A continuación la letra completa de esta aria1 de la ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi, para los que gustan penetrar en el detalle.

La donna è mobile
qual piuma al vento
muta d'accento
e di pensiero.
Sempre un amabile
leggiadro viso,
in pianto o in riso
è menzognero.
La donna è mobile
qual piuma al vento
muta d'accento
e di pensier
e di pensier
e di pensier.
È sempre misero
chi a lei s'affida
chi le confida
mal cauto il core!
Pur mai non sentesi
felice appieno
chi su quel seno
non liba amore!
La donna è mobile;
qual piuma al vento
muta d'accento
e di pensier
e di pensier
e di pensier!
La mujer es cambiante
cual pluma al viento
cambia de palabra
y de pensamiento.
Siempre su amable
hermoso rostro
en llanto o en risa
es engañoso.
La mujer es cambiante
cual pluma al viento,
cambia de palabra
y de pensar.
y de pensar
y de pensar.
Siempre es desgraciado
quien en ella confía
quien le entrega
incauto el corazón!
¡Pero aun así no se siente
plenamente feliz
quien de su pecho
no beba amor!
¡La mujer es cambiante
cual pluma al viento,
cambia de palabra
y de pensar
y de pensar
y de pensar!

 


Si desean oírla, aquí está el enlace.


1 Un aria (de aire en italiano) es una pieza musical creada para ser cantada por una voz solista sin coro, habitualmente con acompañamiento orquestal y como parte de una ópera o de una zarzuela.
 

Y ahora, me dirán a qué viene todo este introito (no es lisura), pues es que yo conocí una mujer voluble...

- ¡JA JA JAAA!  ¡Todos hemos conocido una mujer voluble! ¡Todas son volubles!

- Bueno... pero ésta era especial, además, yo soy un romántico y las veo de diferente manera.

- Oiga usted, pasó del tema satírico del voyeur a la tragedia histórica de la guerra guasú, luego a la historia de fray Bartolomé... como si nada, usted toca cualquier tema... ¿O será que sólo los manosea?


Así, con esas mismas palabras alguien se atrevió a criticar mi variada, prolífica, copiosa, rica y potente obra, la misma que evito adjetivar más de la cuenta y por eso paro ahí nomás, aunque profusa, fértil y fecunda no quedarían tan mal, sin embargo, para no ser excesivo, limitémonos a ello y dejemos por ahora lo de caudalosa y desbordante... (pródiga, nutrida y colmada... ¡ya no ya!)  que pasará a la posteridad (como todo lo demás, mientras haya mundo, porque el tiempo no perdona a nadie y menos me va a perdonar a mi, humilde trozo de barro, pero barro enamorado, copiando lo dicho por otro poeta), sin embargo, hasta yo mismo estaba tentado a compartir ese punto de vista y considerar la variedad de temas como un obstáculo, porque un día en el blog se habla de superficialidades y al otro día se habla, o se escribe, de cosas que merecen más respeto y seriedad. Pero es que el ser humano es así, y yo, que me considero un humano más, casi como cualquier otro, no podía escapar de ese sino... si no, ya me hubiera escapado hace rato.


- ¿Usted escribe para que lo entiendan... o para jorobar?

- Una ofensa más y lo borro de la página.


Estoy seguro que hay muchos que no sólo entienden sino que hasta comparten lo dicho, y aunque fuera uno, por ese uno se salva el blog, porque si vamos a esperar que sean diez o cien, como en el antiguo testamento, podemos naufragar.
No arriesguemos más de lo conveniente, como dijo el tipo que le entregaba al casino el título de propiedad de su casa, después de haberle transferido el auto y la motocicleta recién comprada.

- Oiga, no lo tome a ofensa, pero... ¿nos está atarantando?

- ¡Atarantando! ¡Yo!...

Atarantar: atropellarse, precipitarse, aturullar, atontar, atontolinar, aturdir, azorar, confundir, desconcertar, espantar, asustar.


Pues no, yo no intento atarantar ni ejecutar ninguno de los otros sinónimos mencionados más arriba. Simplemente, quería promocionar mi último (por ahora) libro, pero... ¡cómo hay gente que lo quiere encasillar a uno cuando los encasillados son ellos! ¡Libertad de expresión! Como quería gritar el mudo y no le salía nada. A mí en cambio sí me sale y la libertad la ejerzo.

- "Ejerzo"... al fin una palabra sobria...

- ¡Qué fijón es usted, oiga!


Bueno, la presentación del libro se hizo, se hace y se seguirá haciendo solamente a través de Internet, así que no habrá bocaditos, bebidas ni chismes acerca del autor y/o su obra, pero para no ser del todo parco y austero, por lo menos la presente va acompañada... de unos versos.
Y es aquí donde entra el asunto de la donna è mobile, la mujer voluble que estando acompañada me quiso echar el ojo, yo hubiera querido agarrar todo, no sólo el ojo, pero... ya ven... mientras la mujer es voluble, y yo fijo en la idea de presentar el libro, así no se puede...




La presente va acompañada


La vi de cuerpo presente
y sin ningún pretendiente,
a la primera mirada
con guiño disimulado
pasé a sentarme a su lado,
aparentaba estar sola,
qué cosa más asombrosa
porque era tan buena moza
que hasta habría que hacer cola
para lograr su atención
o siquiera para hablarle
y alguna cosa contarle
que despierte su pasión.

- Señorita, diga-me,
si no fuera a molestarla
yo podría acompañarla
si me lo permite usted.
- Como no, venga a sentarse
y relájese a mi lado.
Que me quede relajado
con tanto para observarse!
permítame disentir
que está usted para gruñir).

Así que me acomodé
en la mejor perspectiva,
pensándola toda mía,
que la suerte me saqué...
cuando en eso divisé
un fornido caminante
que se acercaba campante
y en seguida desconfié
que fuera su acompañante,
el encuentro preparé.

- Esta moza no está sola.
Lo dijo casi insolente,
yo lo miré fijamente
y agregó -  Me pertenece.
Yo retruqué: - No parece
porque está como muy suelta,
cariñosa y desenvuelta
y más atención merece,
es mejor que no se ausente
que no faltan pretendientes.

Así que está acompañada...
lo acepté pues soy decente,
pero con el tipo en frente
ella me dio una mirada
sabiendo que provocaba,
pues toda su humanidad
con esa proximidad,
lujuria manifestaba.
Qué mujer tan peligrosa:
veleta inescrupulosa.

Dejé al dúo explosivo
antes que me estalle cerca,
ella caprichosa y terca
y él machista compulsivo,
si llegara a ser mi amigo
le brindaría un consejo
más por ahora me alejo
de los dos y su castigo.
Si la tiene en cuarentena,
peor, se pone re-buena.
~

domingo, 4 de diciembre de 2016

Predicando en el desierto




¿Se puede vivir así?



Esa fue la pregunta que desató todo el aluvión de acontecimientos que vinieron después. La maximización de las utilidades, la manipulación de la realidad, la preeminencia del mercado por sobre el individuo, el sacrificio y la destrucción del mundo real en aras del mundo ficticio financiero mil veces más grande y poderoso pero con pies, no digamos de barro, sino de aire, o mejor aún de nada, sin pies ni base, y mantenido por la fuerza bruta policial o militar, según se trate de dentro o fuera del propio territorio. La globalización es éso. La eficacia, el rendimiento, la utilidad por sobre todas las cosas, y quien no lo entienda o no lo acepte, está fuera. Sale sobrando como salen sobrando millones de individuos que aumentan cada día más, y más, por éso la pregunta es más importante de lo que aparenta a simple vista, por éso mismo la ideología dominante la rehuye, no se ocupa de algunas simplezas que al fin y al cabo, a pesar de ser importantes, no puede responder.

Se acaba el mundo pero aumentan las ganancias, el dólar imaginario, imposible, compra todo lo que hay, pero hay más dólares ficticios que bienes por comprar, entonces:
¿Se puede vivir así? Y no menos importante ¿Hasta cuándo?

Había leído mucho, había visto mucho y hasta había vivido mucho. Ya la decepción había dado paso al escepticismo total, absoluto. No creía que nada fuera posible si no era dentro de esa ficción del mercado y la eficacia, y por éso mismo lo intentó, porque estaba seguro del fracaso y nada le parecía más atrayente que una causa perdida de antemano. Porque no se podía perder más, si todo estaba perdido se podía intentar cualquier cosa, las probabilidades de éxito podían ser nulas pero la probabilidad de conseguir aunque fuera una mejoría infinitesimal, era grande.

No es una actitud extraña, es la misma que impulsa al inmigrante a morir junto a veinte o treinta desesperados como él atravesando el mediterráneo en un bote de playa para cuatro personas.
Es la misma actitud que los lleva a cruzar el Sahara, o bajar de los cerros, o meterse en un tren, morir en un túnel, en un camión refrigerado o en el tren de aterrizaje de algún avión que ni se sabe con certeza a dónde va.

Salió a la calle y parado en una esquina habló a los cuatro vientos. Los vientos lo escucharon, nadie más. Bueno hubo un loco que le escupió la cara insultándolo de político hijo de puta que por tu culpa me quedé sin trabajo; un perro lo acompañó un rato pero se fue, seguro que por hambre.

¿Puede haber locura más grande que pretender acabar con la globalización y el dinero, parado en una esquina hablando solo? Difícil, pero no podemos negar que es una locura hermosa.
Era tan inofensivo el hombre que ni siquiera se ganó una noche en la comisaría. Volvió a su casa, porque sí tenía casa y hasta podría decirse que vivía bien. ¿Qué lo impulsaba entonces? Ya lo dijimos, la imposibilidad de la causa, la nula probabilidad de éxito que al final le garantizaba el retorno tranquilo a su casa y a su cama solitaria, a rumiar las ideas y a no encontrar qué hacer.

Por lo visto estaba condenado a partir sin lograr nada, como tantos otros anónimos idealistas de café o de hambre, incluso como tantos que estuvieron cerca de lograr algo. Nada se había conseguido, y lo peor era que la gente era cada día más estúpida o indiferente, términos que en estos tiempos pueden ser tomados como sinónimos.

Al día siguiente se encontró con que un raro competidor había ocupado su esquina, en realidad daba lo mismo ésa o cualquier otra. Un hombre con un cartel colgado del cuello con la inscripción Jesús Viene, ayudado por un megáfono, predicaba profetizando a gritos destemplados el fin del mundo y acusando a todos los humanos de materialistas e indiferentes. No todos sabían que el furibundo predicador cobraba algunas monedas por esa tarea. Se trataba de un profesional del embauque.

Y con esa gente hay que competir, mejores probabilidades tendría ingresando a un partido político: o sea ninguna. Ya había intentado por las redes, facebook, twitter, también había enviado mails y hasta le habían rechazado artículos en los diarios locales. Intentó con un blog, habían miles... de blogs, y nadie leía el suyo. Se amargó a tal punto que lo dejó en blanco, porque quiso eliminarlo y no encontró cómo, se peleó con un único lector que en lugar de opinar lo insultó, esa misma semana fue cuando recibió el escupitajo en la calle.

¡Había que ser un Cristo! ¡Qué se vayan a la mierda chico y grande! ¡No se podía intentar ni siquiera lo imposible!

Pero la pregunta seguía allí ¿Se puede vivir con los resultados de un mercado global? ¿Puede vivir con éso la gente común? ¿Y hasta cuando podrán vivir los ricos de esa manera? Porque, aunque parezca inútil repetirlo, el dinero no se come, menos aún el dinero virtual que no te sirve ni para hacer una fogata, ni chica ni grande, porque no hay materia, ni siquiera es papel que podría por lo menos servir para eso... 

Entonces, cuando se haya muerto el último árbol, el último elefante, el último cuy y el último de los etcéteras, quedarán las cucarachas como reinas y a la vez testigos de nuestra estupidez. Si tan sólo pudieran escribir, hasta estaría de acuerdo, pero las cucarachas... son tal vez peor que nada, quien sabe. Sin embargo, en cierto aspecto han demostrado ser mejores que nosotros.
 ~

domingo, 27 de noviembre de 2016

La Brevísima historia de Fray Bartolomé de Las Casas


 
Dando de comer carne viva a los perros.


A algunos, tal vez muchos, se les va a fruncir el que te jedi tan sólo de ver el nombre de Fray Bartolomé de las Casas en el título.

Ya se va a meter con lo prohibido - dirán. Y sí... tarde o temprano se tenía que tocar el tema, aunque en verdad ya lo toqué antes. 

Fray Bartolomé de las Casas escribió muchos libros, dentro del voluminoso conjunto de las obras "Lascasianas" (esta palabra rara viene de Las Casas); decíamos que dentro de sus obras ocupa un lugar preponderante La Historia de las Indias, donde narra extensamente los hechos acaecidos en los territorios americanos conquistados por sus paisanos españoles y otros europeos contagiados por la aventura. Libro que casi ningún americano, y menos español, ha leído ni siquiera en parte, lo cual no es casualidad. No interesa divulgarlo.
Esta obra, que entre sus dos tomos alcanza las 1075 páginas, la escribió hasta los últimos días de su vida y no llegó a cubrir todos los asuntos previstos al inicio. Se publicó recién después de más de tres siglos de su muerte... ¡cómo le tenían miedo! Siendo dos tremendo adobes, no había que cuidar demasiado que alguien se animara a leerlos, pero si hablamos de la que podríamos llamar su hermana menor, la "Brevísima Historia..." la cosa cambia. Algunos curiosos se animaron... y al leerla quedaron horrorizados de tanta maldad gratuita y salvajada inexplicable.
No confundamos La Historia de las Indias con la más famosa de sus obras (una cosa es famosa y otra es importante), de parecido título y que sí se publicó en vida del fraile, se trata de aquella que llamé su hermana menor, pícara ella, y se titula: "Brevísima Historia de la Destrucción de la Indias", que como vemos se enfoca en el aspecto de la destrucción de estos territorios americanos llamados Indias en esos días.

- ¿Y a las indias también las mataban?

- También, pero antes les hacían eso.

Fray Bartolomé la escribió para conmover al rey y lograr de esa manera que los indios fueran tratados como gente, o por lo menos como animales domésticos, porque esa vez eran tratados peor que la más baja de las alimañas, con crueldad innecesaria y por motivos de lo más triviales y egoístas, siendo que los indios eran gente sencilla y generosa, dispuesta a compartir todo lo que tenían con el extranjero. Como se ve, fueron muy mal pagados.
Al lado de la otra Historia, ésta es en verdad muy breve: apenas 64 páginas (o 39, según el formato, tamaño de letras, etc), pero que chorrean sangre, sesos, fetos arrancados, maldad, injusticia, terror, locura, pestes, traiciones y cuantas infamias se os ocurran. Todo en un lenguaje sencillo y nada alarmista porque las atrocidades no necesitan amplificación.

- Pero... ¿No dicen que la conquista de las Indias fue una hazaña de nobles y valientes caballeros?

- Así querían presentarla, pero vino el cura a escribir lo que vio y lo que pasó y les jodió el prestigio para siempre.

- Pero nos trajeron la bendita religión cristiana, eso nomás ya justifica cualquier error involuntario.

- La parte de la religión es de las más escalofriantes, o tal vez deba decir más quemantes porque a los indios los quemaban vivos en tremendas parrillas; el olor a carne asada, sabiendo que era humana, era terrible... ah! y no fueron errores involuntarios, era el método empleado, era el modus operandi, y los quemaban en grupos de trece indios para "reverenciar al redentor".

- ¡No me diga!

- ¡Sí le digo...!


Llegaban los conquistadores medio muertos de hambre, embrutecidos por los meses en el mar comiendo sus escasas provisiones, viviendo entre gallinas, chivos, caballos y corderos; escatimando el agua que tomaban, sucios y sin bañarse porque además de no estar muy acostumbrados al baño el agua salada no es muy buena para eso, y encima se los podía comer un tiburón mientras tenían que parar el barco para que no se les perdieran los bañistas... ¡no jodan! ¡ni pensar! quién iba a ser el estrafalario que iba a querer hacerlo; por eso llegaban alterados debido al hacinamiento en las naves de la época, comidos por piojos y pulgas, oliendo a sazonador del diablo y saltaban de los barcos como quien salta del brasero al agua fresca; cómo deben haber sufrido en los viajes, pero traían también con ellos el ansia de riquezas, no para vivir bien en esas nuevas tierras, sino para cargar con lo que hallaran y volver ricos a su patria para darse la gran vida sin tener que volver a trabajar jamás: venían a saquear, venían a robar, ése era el objetivo de la gran mayoría de individuos sin cultura y sin fortuna que se embarcaban a las indias y que consideraban el trabajo como una maldición de la que había que librarse. Algunos volvían ricos, compraban propiedades y realizaban su sueño, y con ello estimulaban a muchos otros a intentar lo mismo, pero por cada indiano1 rico que volvía, habían cientos que no regresaban y morían o mal vivían a duras penas en esas extrañas tierras a las que no estaban acostumbrados.
Entonces tenemos que el sufrimiento estuvo presente en los dos bandos, pero con una importante diferencia: unos se lo buscaban mientras que los otros ni idea tenían de por qué les estaba pasando lo que les pasaba.

Fray Bartolomé escribiendo a mano
A Fray Bartolomé de las Casas podríamos compararlo con Julián Assange, el de WikiLeaks, ese machote que consiguió y publicó información verídica de las atrocidades que hacen los políticos y militares de USA (y sus aliados) en las guerras por "La Libertad". Julián hasta hoy está asilado en la embajada de Ecuador en Londres, si asoma la nariz lo liquidan.
A causa de la tecnología disponible hoy día, la información ofrecida por Julián es mucho mayor que la de Bartolomé que escribía a mano lo que veía usando plumas de ganso o de lo que hubiera, pero ambas son de indudable importancia y las buenas intenciones también son similares. 



Julián Assange, escondido por contar.
Pero no perdamos el hilo porque también podemos perder la aguja y ahí sí que la cosa se complica. Veamos qué cosas nos cuenta Fray Bartolomé de primera mano; él se compadeció de los indios y lo que al fin consiguió fue que trajeran negros esclavos de África para que sufrieran lo que sufrían los indios; al final sufrieron los negros y siguieron sufriendo los indios, porque todas las leyes de protección a los indios quedaron como letra muerta en el papel... servían sólo para calmar algunas malas conciencias y para que todos vieran cómo España protegía a los indígenas; lo mismo que sucede ahora con tantas leyes que no se aplican, porque si se aplicaran... otras serían las Indias, las Américas y el mundo entero.

Él dividió su obra en capítulos que coinciden con los lugares saqueados y asolados, que son todos, así tenemos la isla Española y sus reinos, las islas de San Juan y Jamaica, Cuba, la llamada tierra firme (o sea el continente en sí), Nicaragua, Nueva España, Guatemala, Pánuco y Jalisco, Yucatán, Santa Marta, Cartagena, Las Perlas, Paria, Trinidad, el río Yuyapari, Venezuela, La Florida, el Río de la Plata, los reinos y provincias del Perú y el reino de Nueva Granada. 

Paso a paso nos va relatando lo acontecido, con una simpleza que asombra tratándose de la relación de salvajadas que cometían los foráneos de forma sistemática, premeditada y fríamente calculada porque la desesperación del viaje ya se les había pasado.

No hay forma de encarar con gracia este horrendo tema, no hay manera de hacerse el gracioso con semejante tragedia.

¿Y cuál es la finalidad de este escrito? - Nada más que despertar en unos cuantos un poco de humildad, al ver nuestra historia sin esos teatrales ropajes de lujo con que se suele vestir normalmente, más aun en esta etapa cruel y sanguinaria.

Y pensar que hay quienes pretenden demostrar que todo esto es falso con argumentos que uno no sabe si reír o mandarlos... a rezar mil padrenuestros.

Muchos no tendrán tiempo de leer el libro de Fray Bartolomé, este no es un resumen de la obra, simplemente he entresacado algunas palabras del mismo autor, y de lo que nos narra en las primeras páginas. Dice así:


En La Española:


En la isla Española destruyeron y despoblaron, comenzando los cristianos a tomar las mujeres e hijos a los indios para servirse e para usar mal dellos e comerles sus comidas lo que basta para tres casas de a diez personas cada una para un mes, come un cristiano e destruye en un día) comenzaron a entender los indios que aquellos hombres no debían de haber venido del cielo; escondían sus comidas; otros sus mujeres e hijos; otros huíanse a los montes.
Los cristianos dábanles de bofetadas e puñadas y de palos, hasta poner las manos en los señores de los pueblos. E llegó esto a tanta temeridad y desvergüenza, que al mayor rey, señor de toda la isla, un capitán cristiano le violó por fuerza su propia mujer.

Los cristianos con sus caballos y espadas e lanzas comienzan a hacer matanzas e crueldades extrañas en ellos. Entraban en los
pueblos, ni dejaban niños y viejos, ni mujeres preñadas ni paridas que no desbarrigaban e hacían pedazos. Hacían apuestas sobre quién de una cuchillada abría el hombre por medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas. Tomaban las criaturas de las tetas de las madres, por las piernas, y daban de cabeza con ellas en las peñas. Hacían unas horcas largas, e de trece en trece, a honor y reverencia de Nuestro Redemptor e de los doce apóstoles, poniéndoles leña e fuego, los quemaban vivos.  Comúnmente mataban a los señores y nobles desta manera:  poníanles por debajo fuego manso, para que poco a poco, dando alaridos, desesperados, se les salían las ánimas... enseñaron y amaestraron perros bravísimos que en viendo un indio lo hacían pedazos y lo comían que si fuera un puerco.

Yo vide todas las cosas arriba dichas y muchas otras infinitas.



Los quemaban de trece en trece, en honor a Jesucristo.
(Ya me imagino la gracia que le causaría a Jesucristo tamaña salvajada)



En Cuba: 


Una vez, saliéndonos a recebir con regalos a diez leguas de un gran pueblo, y llegados allá, nos dieron gran cantidad de pescado y pan y comida; súbitamente se les revistió el diablo a los cristianos e meten a cuchillo en mi presencia (sin motivo ni causa que tuviesen) más de tres mil ánimas que estaban sentados delante de nosotros, hombres y mujeres e niños. Allí vide tan grandes crueldades que nunca los vivos tal vieron ni pensaron ver.
En tres o cuatro meses, estando yo presente, murieron de hambre, por llevarles los padres y las madres a las minas, más de siete mil niños. Otras cosas vide espantables.

Un cacique anduvo siempre huyendo de los cristianos desque llegaron a aquella isla de Cuba, como quien los conoscía, y al fin lo prendieron. Y sólo porque huía de gente tan inicua e cruel lo querían matar e oprimir hasta la muerte a sí e toda su gente y generación, lo hubieron vivo de quemar. Atado a un palo decíale un religioso de San Francisco, sancto varón que allí estaba, algunas cosas de Dios y de nuestra fee, (el cual nunca las había jamás oído), lo que podía bastar aquel poquillo tiempo que los verdugos le daban, y que si quería creer aquello que le decía iría al cielo, donde había gloria y eterno descanso, e si no, que había de ir al infierno a padecer perpetuos tormentos y penas. Él, pensando un poco, preguntó al religioso si iban cristianos al cielo. El religioso le respondió que sí, pero que iban los que eran buenos. Dijo luego el cacique, sin más pensar, que no quería él ir allá, sino al infierno, por no estar donde estuviesen y por no ver tan cruel gente. Esta es la fama y honra que Dios e nuestra fee ha ganado con los cristianos que han ido a las Indias.

Me imagino que cualquier cristiano, cualquier persona decente, debe estar con el corazón en la boca ante tantas maldades que se realizaron inútilmente. Creo que ya basta con los pocos ejemplos que he sacado de la Brevísima Historia de la Destrucción de las Indias. Yo mismo ya no quiero seguir leyendo. Me perdonan.

Termino con las palabras del propio autor:

... no han querido cumplir las leyes, e con color de suplicar dellas están tan alzados como los otros. Porque se les hace de mal dejar los estados y haciendas usurpadas que tienen, e abrir mano de los indios que tienen en perpetuo captiverio. Donde han cesado de matar con espadas de presto, mátanlos con servicios personales e otras vejaciones injustas e intolerables su poco a poco. Y hasta agora no es poderoso el rey para lo estorbar, porque todos, chicos y grandes, andan a robar, unos más, otros menos; unos pública e abierta, otros secreta y paliadamente. Y con color de que sirven al Rey deshonran a Dios y roban y destruyen al Rey.
  
Fué impresa la presente obra en la muy noble e muy
leal ciudad de Sevilla, en casa de Sebastián Trujillo,
impresor de libros. A nuestra señora de Gracia. Año
de MDLII.
(1552)  

1 Indiano fue la denominación coloquial del emigrante español en América que retornaba rico.
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Invito a mis amigos y amigas que gustan de la poesía, a releer este poema de marzo de 2014: (Genocidio). No podría escribirlo mejor ahora.
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Y para quienes deseen leer las obras mencionadas, les dejo los enlaces correspondientes.

Historia de las Indias 1

Historia de las Indias 2

Brevísima historia de la destrucción de las Indias
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domingo, 20 de noviembre de 2016

Nuevo libro: GUERRA GUASÚ




GUERRA GUASÚ


Horror en la Tierra sin Mal





Tengo el gusto de informar a mis amigos y a quienes me siguen por este medio que ya está disponible en Internet mi último libro, para variar, pero para variar en serio, esta vez se trata de un poema épico basado en hechos reales, ocurridos el siglo XIX en América del Sur: La mayor guerra del sub continente, sólo superada por la guerra de secesión de Estados Unidos, esta última la mayor de todas fue en América del Norte.
¿Debería dar explicaciones de por qué este tema? 
¿O tal vez debo aclarar que no escribo solamente en broma?
Creo que no es necesario, ya antes he publicado sobre asuntos bastante respetables y esta ocasión es una de ellas.

Me llamó la atención la gran similitud de esta invasión, que más que guerra fue eso, con lo sucedido este siglo en diferentes países, como Irak, Libia o Siria, para citar sólo algunos, en todos ellos se acusa de atrocidades al jefe de estado y luego cuando ya es tarde para remediarlo nos enteramos, algunos, no todos, que habíamos sido engañados por los medios de comunicación más grandes e importantes.
La guerra ya estaba decidida y cualquier pretexto era bueno para comenzarla. Lo malo de las guerras es que uno puede comenzarlas pero no puede terminarlas cuando quiere. Escapan a todo control, y los muertos y países destruidos ya no se recuperan.
¿Estoy hablando de las guerras de ahora o de la guerra guasú (guerra grande) del siglo XIX? - Da lo mismo, estoy hablando de todas ellas porque al final son la misma cosa: Invasión, muerte y saqueo.
Guerra guasú significa guerra grande, así fue conocida esta confrontación en que tres países, impulsados y financiados por Inglaterra (después cobraron el capital y los intereses) atacaron y destruyeron al Paraguay, uno de los países más desarrollados de la región en esos años. Precisamente ese fue el motivo verdadero, acabar con su desarrollo independiente, y el pretexto: que había un tirano en el poder... ¡qué coincidencia! ese es el pretexto más utilizado hasta nuestros días.

Los guaraníes creían en la existencia del Yvý mara neý (pronunciación aproximada: Iví maraneí), o la Tierra sin Mal, un lugar paradisiaco donde el maíz y otros alimentos crecían solos y los hombres eran inmortales, donde la tierra era virgen y no existía el mal, y fue precisamente eso lo que destruyeron los invasores, el sueño casi logrado de la tierra sin mal. Paraguay era el país más seguro y pacífico de la zona.

Mi obra es en verso, son 848 versos que componen el poema y trata de lo más importante de la guerra mencionada, también incluye bibliografía y enlaces para archivos de vídeo con documentales sobre el tema.


Ya que estamos en ello, me permito poner a su consideración algunas versos, a modo de ejemplo de cómo se presenta la obra.


GUERRA GUASÚ

Horror en la Tierr sin Mal

(Fragmentos)

 
- ¿Es la civilización
que traéis a cañonazos? 
Así dijo a los soldados
que arrancaban de un tirón
los dedos y las orejas
del cadáver ya desnudo
del que fuera su marido,
presidente y mariscal
Francisco Solano López,
el héroe del Paraguay.


A Elisa Alicia Lynch
irlandesa y paraguaya
la guerra no dejó nada,
a su posición dio fin
quitando lo que ha tenido,
lo que más había querido
lo perdió, desamparada,
hoy es una desgraciada,
la amante del dictador,
no podía ser peor.


A visto morir a su hijo,
el coronel de quince años,
Panchito, al que con sus manos
ella misma ha enterrado
en el barro que ha formado
con la tierra, sangre y llanto;
- - - - - - 


Sucedió en la Argentina
y también en el Brasil,
en las manos el fusil
y así a marchar los obligan,
a la fuerza los dominan
y los mandan a la guerra;
la que ordena es Inglaterra
y los pueblos no imaginan,
el otro socio es Uruguay,
los tres contra el Paraguay.
- - - - - -


La guerra ya había acabado
desde mucho tiempo atrás,
oficiales y otros más
con dolor se retiraron,
se volvió una cacería
de famélicos errantes,
escasos sobrevivientes
que apenas se defendían,
calculadamente cruel
transcurría el tiempo aquel.
~

Sólo huesos y pellejo,
en harapos o desnudos,
pobre gente;
era un fúnebre cortejo
por los rincones del mundo,
tras su jefe.
- - - - - -

Estas son algunas estrofas tomadas de tres partes diferentes del poema.

Se puede conseguir en Amazon.com


Versión en papel (Carátula a colores, interior en blanco y negro)

Versión electrónica para leer en la PC o tablet

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domingo, 13 de noviembre de 2016

La babosada: Análisis y consecuencias.




Con ese título se estarán haciendo muchas ilusiones, tranquilos que es sólo para atraer eruditos, ahora en confianza, vayamos a lo que importa.

"Cualidad innata del varón es la de ser mirón", sabias palabras de Monsieur Fisgón de la Tocatta Ligera, también conocido como el Palma Inquieta de París, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente pero sí a través de sus ilustres obras, las mismas que enaltecen las más distinguidas bibliotecas del orbe. Precisamente la cita que abre este artículo la he tomado, literalmente, del segundo tomo de su  "Les Comprendre" ("Entendiéndolas" a ellas pues, a quién más sino... ¿a las gallinas?).  Monsieur Fisgón es un afamado Voyeur, palabra casi decente para decir mirón, o más bien para no tener que decirlo.

- Qué feo... ¡un mirón!

- Si, pero lo que mira no es tan feo, al contrario.

Sí señores, señoras y señoritas, es una verdad grande como un mulo el hecho que cualquier varón, si cree que cuenta con la necesaria privacidad, o impunidad, va a mirar.

- ¿Va a mirar qué?

- Eso; es lo que va a mirar... ¿En serio pregunta?

En la mencionada obra el autor da consejos a los Voyeurs que quieren pasar desapercibidos, o sea cómo mirar sin que se note, o cómo ver sin ser visto y pescado in fraganti, porque lo que se mira es el pescado y no es gracioso que lo pesquen a uno viéndolo.

Ejemplos.

- ¿Vio cómo se están usando ahora las carteras?

Y se aprovecha para auscultar de arriba a abajo a la portadora del mencionado elemento.

- ¿No era allí el local del chino Fu Manchú?

Y se da vuelta la cabeza tranquilamente para topografiar a la hermosa morena que pasa y se va, tal vez para no volver. El chino no interesa.

- ¿Cambiaron el piso?

Y ya le clavaste los ojos a las pantorrillas de la agraciada que cruzó tu campo visual... - Ah, no... es el mismo - agregas, y al levantar los ojos te ganas algo más de la mencionada individua.

La imaginación es el límite, como lo dice el mismo M. Fisgón en la página 334 del mencionado volumen, no del bulto, que es otra cosa que también hay que saber apreciar.

Bueno, en realidad la poesía de hoy está inspirada en una dama, graciosa ella, pero que no era fácil de hacer reír, hasta que un día comenzó a reírse como una descosida, desatada, o mejor desabotonada... como quieran, y yo no estaba seguro de cuál era la causa de tanta algarabía... con tal que se ría, a mi no me importa mucho el porqué. Tengo mi autoestima a prueba de balas, y de risas también, claro. La iba a titular ¿De qué te ríes, pendeja? pero debido a la gran variedad de significados que tiene esa palabra, pendeja, me refiero a la palabra y no a la pendeja, decidí ponerle un título menos incierto:



¿De qué te ríes, preciosa?


Como represento al gremio
de poetas y humoristas
los sábados tengo listas
las que publicar espero,
a las rimas me refiero,
o chistes con poesía
como ésa que te decía
junto con aquel "te quiero";
el "te quiero" lo entendiste
pero no captaste el chiste.

No era chiste ese "te quiero",
era en serio y lo sostuve
por lo menos mientras pude,
pero el chiste quedó en cero
y hasta hoy tu risa espero:
por lo menos un "ji ji",
si eres todo para mí
es la verdad que no niego,
pero ansío con fervor
tu sentido del humor.

Si calladita eres linda
y cuando quieres me hechizas
con una simple sonrisa,
no imaginas lo que brinda
una alegre carcajada,
 tu risa cascabelera
si yo siempre la tuviera
ya no buscaría nada.
¡Ríete mi mamacita
y no me causes penita!
 
. . . ¡Tampoco hay que exagerar,
una hora hace que ríes!
para que tanto la estires
la gracia no va a alcanzar,
lo que me hace sospechar
que otra cosa es la causante
de tu ánimo hilarante,
y no quiero adivinar
si te parezco gracioso
o me ves como un baboso.

Total, si a ti te permito
cosas extrañas y osadas,
sencillas o rebuscadas,
para nada te limito;
por lo tanto no me agito
ante tanta risotada:
antes no reías nada
y ahora lo haces facilito;
que si es por la babosada
debe ser muy animada.

Ya para con tanta risa
que no le encuentro motivo,
yo me creía muy vivo
y me das una paliza;
tómate una Yerba Luisa
que te quite lo chistosa
que ya para escandalosa
alcanza con tu melliza...
pensar que le dije adiós
¡y ahora ríes por las dos!
~

domingo, 6 de noviembre de 2016

Sonetos agarrados y dedicados

www.domestika.org/es/projects/103852-la-ciudad-y-los-libros


Ah... la literatura... arte y ciencia intelectual por excelencia, disfrute de sabios y filósofos... y también de algunos cuantos entrometidos que no sabemos gran cosa de ella pero que le hemos agarrado el gusto, a la literatura, se entiende, que tampoco es todo lo que se puede agarrar como verán más abajo, si siguen leyendo como se espera que se lea y no se ponen boca abajo y ya no sé dónde quedará lo que sigue; decíamos que las letras forman palabras, las palabras forman frases, las frases tejen oraciones y argumentos... y el autor, perdido entre los gustos de sus lectores va dando manotazos de ciego para ver si agarra algo. A veces algo se agarra y las posibles reacciones son variadas, hay tipos con suerte, como yo, que entre manotazo y manotazo me he topado con cada elemento que no me queda nada más que agradecer a la vida, a la suerte, o la generosa proveedora de tan magníficos agarrones.
Porque yo, cuando agarro... ¡agarro!

- Agarratum est, se dice en latín, y qué bien suena.

¡Ya te agarré! se dice en castellano, y tampoco suena mal, sobre todo dependiendo de qué sea lo que agarraste.

A continuación unos sonetos dedicados a la familia, donde se abarca poco y se aprieta menos.




UNO
Un soneto me pidió mi hermano
y en aquel momento le fue dedicado,
uno de mis primos también lo ha pedido
y aunque no podré dárselo en la mano

lo pienso, medito y al final calculo
que no queda forma ni rima decente
si yo se lo mando, como alguna gente,
habrá imaginado por donde yo intuyo.

La prima tampoco se ha quedado atrás
y pide con justicia lo que corresponde:
quiere su soneto, no faltaba más...

es razón tan fuerte aquella que expone
por qué a su pedido no debo fallar,
y no es sólo aquello que ya se supone.



DOS
La prima me quiere y yo la idolatro,
el primo sospecha, se pone saltón,
y yo no imagino que llegue a la acción
ni que me haga escenas de teleteatro.

¡Cómo se complica la literatura!
aunque yo la ejerzo con tal dignidad
mi puro soneto quisiera acabar
antes que la cosa se ponga más dura.

Para mi primita, todo el alfabeto,
y seguro estoy que se ha de alegrar
porque de sus gustos conozco el secreto;

y para mi primo quedó este terceto
con el cual espero poderlo agradar,
a pesar que él lo pidió completo.
~